Gran Bretaña conmemoró este martes el cumpleaños número 94 de la reina Isabel II en silencio: sin el usual saludo de salvas y repique de campanas de cada año.
Con el país en cuarentena y los más de 14 mil de muertos por el COVID-19, la monarca decidió, sabiamente, que el despliegue festivo de las fuerzas armadas no era apropiado.
Tampoco sonaron las campanas en la Abadía de Westminster; la iglesia donde la reina se casó y fue coronada está actualmente cerrada desde hace varias semanas.
“Su Majestad insistió en que no se establecieran medidas para permitir el saludo con armas de fuego, ya que no lo consideraba apropiado en las circunstancias actuales”, dijeron fuentes del Palacio de Buckingham.
Asimismo, mantuvieron en privado cualquier llamada telefónica y videoconferencia con su familia. La reina ha enfatizado previamente la importancia de las medidas de confinamiento, diciendo en su mensaje de Pascua que “al mantenernos separados mantenemos a los demás a salvo”.
La familia real compartió este martes en redes sociales imágenes de Isabel para marcar la ocasión, pero siguiendo las reglas de distanciamiento social no recibirá visitas.
Mientras que la reina celebró su día con su esposo, el duque de Edimburgo, de 98 años, en el Castillo de Windsor en Berkshire.