Hoy, al margen de su visión de fe, se reactiva la romería después de más dos años de pandemia.
1. Todo esto me lleva a pensar en la importancia que tiene, en cada uno de nosotros, abrir espacios para cultivar la vida espiritual, como un eje importantísimo de la existencia, ya que nos permite reflexionar, ser más introspectivos y procurar la mayor estabilidad emocional para que todo esto tenga un impacto positivo en nuestras relaciones personales, familiares, de amistad o de trabajo.
2. Vivimos en un mundo muy acelerado, que nos deja poco tiempo para pensar sobre temas tales como la fe, el afecto, la expresión de emociones, el amor sano, la paz interior y mucho más. ¿Tomamos tiempo para analizar cómo nos sentimos en el día a día?
3. Comprendo que vivimos en un país con una multiplicidad enorme de credos, pero más allá de las diferencias, todos concordamos en procurar nuestra paz interior y la serenidad que nos permita abrazar la vida desde la esperanza y la importancia que tiene detenernos desde una fe que sea significativa para procurar un crecimiento personal y dejar una huella positiva en la vida de los demás.
4. Tenemos que aprender a detenernos, caminar desde una visión consciente, sana, positiva y constructiva con el propósito de alimentar nuestro corazón para procurar vivir desde la gratitud, la aceptación y la alegría como ejes fundamentales de nuestra historia ¿Nos agrada la vida que llevamos? ¿Enfrentamos nuestros temores? ¿Nos dejamos ayudar? ¿Podemos expresar todo lo que sentimos? ¿Hay temas que nos roban la paz?
5. Responder estas preguntas requiere tomar consciencia de que no podemos vivir en automático, por ello, es importante revisar si damos espacio para crear momentos para que desde nuestra espiritualidad o creencias, podamos respirar serenidad, tomar decisiones y hacer cambios que nos lleven a mejores condiciones de vida. Hoy es un buen día para pensar en esto.