“Le mandé un borrador del divorcio y dice que no firma hasta que no le dé una oportunidad”

Rafael Ramos, psicólogo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

“Mi esposo y yo nos separamos hace dos años, básicamente por el carácter de él. En este tiempo prácticamente no nos hemos visto. Yo estoy realmente clara que no quiero estar con él, así que tomé la iniciativa de mandarle un borrador del divorcio y ahora me sale con que no va firmar hasta que no le dé una oportunidad. Pero resulta que a los pocos meses de que se fue ya estaba viviendo con otra y aún sigue con ella. Él dice que eso no es importante, pero yo no quiero, porque el matrimonio no fue bueno y la verdad he cambiado mucho. Él dice que no va a dejar a la otra persona hasta que yo le confirme que quiero vivir con él”.

1. Lo primero que debe hacer es tener un buen asesor legal y ojalá un psicólogo que le puedan ayudar a entender este proceso, ya que esta no es una decisión en la que tenga que considerar las emociones, como el fundamento de lo que está por venir. Son los hechos, la historia entre ustedes lo que es determinante, de ahí la importancia de dejarse ayudar.

2. Usted está en todo el derecho de ver la realidad y definir su camino al margen de las propuestas recibidas, pero si esto le genera dudas es importante que se asesore.

3. Llega un momento en el que una decisión de estás no solo tiene que leerse o analizarse a partir de lo que la otra persona dice, hace o propone, sino también desde su historia, de su análisis para definir por usted misma lo que quiere, cómo lo quiere y qué es lo que desea. Así evitará entrar en ciclos de idas y venidas, cargados de promesas de amor y sin una resolución real y efectiva de todo lo que motivó la separación y la crisis.

4. Es un muy buen momento para que usted se asesore y tome decisiones prudentes sin sentirse presionada, bajo esta premisa: “Tenemos que vivir juntos para evaluar si sirve o no y después firmamos el divorcio”.