“Le pedí que tomara la iniciativa y me dijo que nunca estoy satisfecha con nada”

“Mi esposo es buen hombre, pero me molesta que todas las iniciativas las tengo que tomar yo. Él es muy pasivo y durante mucho tiempo esto me ha tenido desilusionada. Le he propuesto muchas cosas y no quiere hacer nada, pero hablé con él y le dije que estaba cansada de todo esto y me dijo que no importa lo que él hiciera, yo nunca estaría satisfecha. Hablé con una amiga y me dijo que yo soy demasiado exigente”.

1. Usted primero debe analizar si su esposo es efectivamente muy pasivo o si es que su nivel de exigencia es muy alto, por lo que no es que él no haga, sino que sus expectativas son muy altas. El amor supone un análisis siempre en doble vía, reconocer aquello que yo aporto y aquello que aporta la pareja.

2. También debe reconocer y validar la forma de amar de la otra persona, darse a la tarea de encontrar en su expresión de afecto, aún cuando sea muy diferente, un motivo de satisfacción. No obstante, es importante buscar un balance en una relación, ya sea en elementos como comunicación, iniciativa, recreación, distribución de tiempo, actividades o detalles, porque tiene que ser un esfuerzo constante de las dos personas.

3. Cuando alguno de los dos asume una posición pasiva y delega en la otra persona el 100%, la frustración se convierte en la tónica y se pueden crear múltiples tensiones.

4. Ambos deben hacer una revisión en tres grandes líneas. Primero deben valorar las expectativas que tienen del otro y reconocer sus capacidades para determinar la forma de amar y de expresar emociones en su vida de pareja. Además deben aprender a tolerar y a valorar en positivo el estilo afectivo de la otra persona, para crear un proceso de construcción que permita una vivencia de pareja satisfactoria para ambos, con una comunicación abierta para plantear lo que piensan, sienten y desean con libertad, para construir una vida que genere realización para ambos.