Locutor de Teletica Radio se cansó de las chanchadas y eligió el amor

Al locutor de Teletica Radio Rafael Cambronero la fama se le subió a la cabeza por muchos años por lo que se dedicó a maltratar el amor, pero él sufrió, aprendió del error y por fin pasará un Día de San Valentín como Dios manda.

El pasado 20 de enero, Rafa se casó por la iglesia Católica con Karla Mora, tras 18 años en los que que vivieron momentos realmente duros como pareja, debido a los engaños y la desconfianza que nació entre ellos y que por poco acaba con su amor.

El locutor, quien se dio a conocer hace unos años, por ser uno de los favoritos de los oyentes en Zeta FM, abrió su corazón y le relató a La Teja cómo el amor triunfo en su vida.

-¿Cómo inició su historia de amor?

-Nos conocimos cuando yo trabajaba en Sensación y Azul. Ella era la recepcionista de la emisora. Como a los 8 meses comenzamos a salir y luego, como al año a jalar, ella quedó embarazada y decidimos vivir juntos. Nació nuestra primera hija y cuatro años después nació la segunda.

-¿Por qué esperó tanto para casarse?

-Inicialmente porque ella se había casado siendo adolescente, tenía 17 años, así que cuando lo hablábamos le dije que si lo hacíamos sería por la iglesia. Cuando comenzamos a ir a la iglesia San Bruno, el padre Alejandro, quien es abogado y presidente de la comisión que se encarga de llevar el proceso de anulación de matrimonios en el Vaticano, nos ayudó al conocer nuestra historia. El presentó papeles, se hicieron entrevistas y hasta sesiones con la sicóloga que duraron muchos años. Pero el año pasado nos dieron el visto bueno y decidimos casarnos. Aunque ese no fue el único problema, ya que durante esos años yo hice muchas chanchadas.

-¿A qué se refiere con chanchadas?

-Nosotros vivimos muchos años con mi suegra, pero cuando nos peleábamos yo me iba y luego volvía, por lo que mi suegra nos dijo que no iba a permitir eso más y que si regresábamos de nuevo teníamos que vivir solos. Lo malo es que en esa época yo estaba en Zeta y me creía mucho porque era jefe en tres emisoras, ganaba bien, me iba de gira y hacía mis chanchadas. En una de esas giras (San Carlos), conocí a una mujer y después me enteré que sería papá. Actualmente mi hijo tiene 6 años.

-¿Cómo se enteró su mujer sobre el hijo que venía en camino?

-Con mucho miedo. Recuerdo que lo negaba todo, a pesar de que sabía que era cierto. La mamá de mi hijo comenzó a contactarla por medio de una cuenta de Facebook y le preguntaba si ella sabía que yo iba a ser papá. Ella me enfrentó y tuve el cinismo de negar todo. La cuestioné por creer en lo que le decían en una cuenta que ni fotos tenía y le dije que todo era mentira. Hasta que al final se destapó el tamal.

-¿Cómo reaccionó su esposa?

-Ella me pidió que me fuera de la casa, pero no me fui. En ese tiempo ya éramos servidores en la iglesia y recibimos mucha ayuda. Fue un largo y duro proceso en el que llevamos consejería, por lo que pude reconocer mis fallas y estar con Karla de la manera correcta. Ella es una gran mujer y es a la que amo.

-¿En qué momento decidió poner punto final a las chanchadas?

- Cuando nació mi hijo, ya que toda esa situación le causó mucho dolor a mi familia, incluso a mi mamá, ya que debido a lo que pasó nos alejamos por tres años. Afortunadamente nos reconciliamos, pero ese tiempo que me alejé de mi mamá aún me duele porque ella murió el pasado 1 de enero. Ella sabía que nos íbamos a casar y me hubiera encantado que estuviera.

-¿Qué consejo les da a las parejas que como ustedes están viviendo un momento difícil?

- Para mí la transparencia es fundamental. No engañar. Por ejemplo antes Dios no podía dejar el celular por ahí, porque yo andaba en mis chanchadas, pero ahora no hay ningún problema. La clave está en la honradez y en la transparencia.

¿Entonces usted era un mentiroso?

Era un mentiroso, ya que tapaba una mentira con otra mentira y eso me costó muy caro, porque lastimé a las personas que más quería.

¿Cómo valora ese proceso?

Cuando salí de Zeta pasé por varias emisoras que eran buenas, pero hasta el momento en el que empecé a cambiar las cosas todo se fueron acomodando. Esto lo digo como un testimonio, porque Dios me quitó todo para que me diera cuenta de lo realmente importante. Él comenzó a darme más de lo que antes tenía.