“Soy una persona muy tranquila, he tenido el mismo trabajo durante 20 años y eso me hace feliz. Vivo con mis hermanas y ninguna tiene pareja. Soy la menor, tengo 48 años y me gusta vivir así, pero hicieron una restructuración en el trabajo y me pusieron a hacer otra cosa y los cambios me asustan. Aunque siempre pensé en una vida de pareja nunca me animé porque me gusta tener una vida tranquila. A veces me pregunto, ¿qué hubiera pasado si me hubiera dado más oportunidades?”.
1. Los seres humanos tienen una fuerte tendencia a permanecer en una zona de comodidad, es decir, cuando a nivel personal, económico, laboral y emocional se sienten bien, posiblemente quieran sostener y mantenerlo así.
2. La realidad es que a veces las cosas cambian por dos grandes razones: una, porque así se decide y dos, porque las circunstancias obligan a asumir nuevas rutas en la vida. Cuando el cambio llega toca adaptarse y esto implica analizar objetivamente los beneficios que dicho cambio para abrirse a la oportunidad de crecer.
3. Es posible que usted a lo largo de su vida haya dicho: ‘No me gustan los cambios’, ‘me gusta mi vida así', pero no necesariamente el hecho de que haga siempre lo mismo debe limitarla a otras oportunidades asociarlas a crear paz emocional. A veces se quieren hacer cambios, pero la costumbre o el miedo la pueden detener. Debe desarrollar una actitud de apertura para que las cosas puedan tener otro color. Sería bueno que inicie un proceso terapéutico que le ayude a ver las cosas desde otra óptica.
4. Llama la atención que se pregunte: ‘¿qué hubiera pasado si hubiese hecho cambios?’. Sería bueno que se diera la oportunidad de buscar ayuda y replantear su vida. Usted es una mujer joven, podría hacer un análisis a profundidad sobre el porqué de sus decisiones, revisar sus motivaciones, quizá trazar nuevos caminos o nuevas actitudes que le permitan cambiar el norte.