A pesar de la caminadota de más de 220 kilómetros que hizo desde Tilarán hasta la basílica de Los Ángeles en Cartago, el periodista de Repretel Andrés Ramírez volvió a trabajar este martes.
Eso sí, al joven comunicador le tocó quedarse en la oficina haciendo bretes un poquito más suavecitos, pues la travesía que tuvo junto con al menos 60 creyentes vecinos suyos, no fue jugando.
Como es normal en estos casos, el cuerpo lo suele resentir muchísimo y el de Andrés no fue la excepción, quedó lleno de ampollas y magullado por todo lado.
Por iniciativa propia, el joven comunicador le sugirió a sus jefes hacer esa caminata desde el cantón guanacasteco y así documentar todo lo que ocurría en el trayecto y vivir en carne propia una caminata de tal magnitud. Ya lo había hecho en el 2019 y le gustó la idea.
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El comunicador nos contó la estrategia que usó para soportar semejante trayecto.
“La parte más dura fue en Cambronero, como hay tantas cuestas y curvas, cuesta mucho. En algún momento quedé con una romera a la par y estaba a punto de colapsar, busqué cómo ayudarla y encendí el foco y empecé a buscar animales como un perezoso o algo para cambiar la mentalidad y aguantar y eso sirvió.
“Vimos cabras, una piedra con formas, pájaros dormidos y así se nos olvidó todo. Al ratito, yo me quedé dormido caminando, porque no había dormido casi nada, yo iba directo hacia un tráiler que venía y la muchacha me preguntó que para dónde iba, porque yo ya estaba en otras”, dijo.
Andrés contó que ha estado echándose agua con sal en las heridas de los pies y que gracias a los chineos de su esposa, va saliendo adelante.
“No recuerdo algún momento de mi vida que me haya cansado tanto y que me hayan dolido tanto los pies. La mayor afectación son las ampollas, algo que no tuve la primera vez que hice ese trayecto, hace tres años; como esa vez no me pasó nada, fui muy descuidado al principio, entonces no me importó el tipo de medias, ni las tenis y eso fue lo que me generó las ampollas y como por eso uno cambia el caminado, afecta las demás partes del pie; ahorita siento un jalonazo entre el tobillo y la pantorrilla del pie izquierdo y en la derecha siento la pantorrilla sobrecargada”, comentó.
“Apenas llegué a la casa mi esposa me puso agua con sal y he estado reposando la pierna, todavía me toca por recuperar sueño, pero ese lo compenso la próxima semana”, añadió el devoto a la Virgencita.
La experiencia para Andrés fue tan bonita que espera repetirla el próximo año. Eso sí, con más cuidados que los que tuvo en en esta ocasión.