“Yo creo que cometí el error de ser una novia muy demandante, al punto de que mi novio se desesperó y me dijo que no podía más, que a mí nunca se me queda bien, ahora que me terminó empiezo a darme cuenta que tal vez tenía razón, pero no sé cómo recuperarlo, porque él no confía en mí, me ha dicho que lo deje en paz”.
1. Cada experiencia de la vida tiene como propósito, al final, ayudarnos a crecer, madurar, llevarnos a hacer revisiones de nuestra forma de ser en nuestras relaciones interpersonales.
2. Si a partir de esta experiencia, utilizando su expresión, usted se identifica como una persona muy demandante, aquí tiene una oportunidad de desarrollo, porque todo proceso de relación de pareja tiene que estar profundamente equilibrado entre las expectativas que se tienen en cuanto a la expresión de afecto y la capacidad o características expresivas que tiene la otra parte y así lograr una fusión equilibrada entre ambos procesos es importante.
3. Hay algunos momentos en la vida en los que uno quisiera darle un giro a una situación ya vivida. A veces, con arrepentimiento y contradicción, procuramos una oportunidad, pero la otra persona ya tiene una posición, que se ha traducido en una decisión y nos corresponde respetar, al inicio con algo de contrariedad, pero tiene que migrar hacia la comprensión y asumir la realidad.
4. Este es un momento importante de su vida, en el que a partir de esta experiencia puede darse la oportunidad de revisar sus patrones interpersonales, su concepto de pareja, las expectativas que usted tiene, revisar dónde nacen sus demandas afectivas y desde ahí buscar ayuda y darse la oportunidad de procurar una expresión más sana.