“Soy una persona a quien le gusta que la gente le diga las cosas como son, pero no logro manejarlo. Cuando alguien me dice algo que tal vez me pueda herir o lastimar tengo que confesar que no reacciono bien, entonces lo que hago es aislarme y hacerme a un lado, me molesto con la persona”.
1. “A mí me pueden decir todo lo que quieran, cuando quieran”, “soy una persona completamente abierta al diálogo”, dicen algunos. Pero en realidad no lo son y esto es algo que tiene que analizar y aceptar. Estar abierto al diálogo significa escuchar para analizar y no centrarnos en enredos emocionales.
2. Qué complicado puede resultar el mundo interpersonal de otro ser humano cuando en realidad no está abierto al diálogo, a la escucha, comprensión y a la negociación sino que simplemente espera que el mundo se acomode a ellos. Pretender tener siempre la razón es uno de los mayores tributos que se puede hacer a la insensatez y la imprudencia porque sólo se va a causar mayores conflictos.
3. Creo que cuando alguien se define a sí mismo como una persona complicada, que por todo se resiente, tiene que reconocer que tiene un problema porque la interacción humana sugiere diferencias, desacuerdos y hay quienes son capaces de manipularlo todo para culpabilizar a los demás y esto es un grave error.
4. Aprender es la clave, si usted pide crítica y la gente tiene datos, analice, aprenda, reconozca errores. Vea en esto la oportunidad de aprender, se podría molestar, pero no haga un drama, se puede incomodar, pero no rompa las relaciones, puede sentirse frustrado en algún momento, pero escuche, aprenda y madure, porque de lo contrario no hay crecimiento emocional.
5. Enojarse con el mundo, porque se le hace una crítica, le dan una observación, únicamente va a sostener procesos de frustración, llegó el momento de que aprenda a escuchar y a tomar las cosas con serenidad, de lo contrario su crecimiento y las posibilidades de aprender se evaporan.