Farándula

Melanie Griffith vivió una infancia aterradora en medio de leones

Actriz creció en una reserva junto a 132 grandes felinos gracias a las locuras de su mamá

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La actriz Melanie Griffith puede rajar de que ha tenido una vida muy diferente al de la mayoría de las estrellas de Hollywood.

La intérprete de películas como “Locos en Alabam”a o “Two Much” (Demasiado) creció en una reserva junto a 132 grandes felinos, entre ellos su león Neil y su vida corrió peligro mientras grababa a estos enormes animales. Además se casó tres veces, una de estas con Antonio Banderas y logró superar su adicción a las drogas.

Pero esta historia, publicada por el sitio Infobae, se basará solo su infancia y de cómo estuvo a punto de morir devorada por un león, cuando apenas era una jovencita.

Durísimo.

Hasta los cuatro años, la vida de Melanie era como la de cualquier niña de Nueva York con unos padres sin problemas económicos.

Pero su madre, la también actriz Nathalie Hedren, no era feliz en el matrimonio y se animó a separarse. Alegó que estaba harta de soportar a un marido, alcohólico e infiel que además no toleraba que ella fuera capaz de ganar más que él.

En 1969, Hedren anunció que viajaría a Mozambique a rodar “Satan’s Harvest”, junto a su entonces marido, Noel Marshall.

Quedó tan conmovida al encontrar una casa abandonada que fue tomada por 30 leones que se convirtió junto a su esposo, en activa defensora de los derechos de los animales.

Así fue como al regresar de la escuela, Melanie encontró en la sala de su casa no a un lindo gatito, sino a un león. Se trataba de Neil, un hermoso animal de 180 kilos que, luego de ser usado en distintas publicidades, había sido abandonado por su dueño.

Ante la presión de los vecinos, Melanie, su madre, su padrastro y sus hermanastros, dejaron la ciudad y se mudaron a un rancho, en el desierto de Mojave.

Les informaron a sus hijos que en el lugar grabarían “Roar”, una película en defensa de los animales. Demostrarían que las relaciones entre humanos leones y tigres era posible. Los chicos aceptaron encantados.

Como ningún actor se animaba a actuar con leones y tigres reales, la madre les propuso a Melanie y a sus hijastros que lo hicieran, les prometió que serían cinco semanas de filmación, pero tardaron 1790 días. Las cinco semanas se transformaron en cinco años.

De pronto, comenzaron a llegar más felinos y otros animales rescatados. Melanie se tuvo que acostumbrar a convivir con 71 leones, 26 tigres, un tigón (híbrido de un tigre macho y una hembra leona), 9 panteras negras, 10 pumas, 2 jaguares, 4 leopardos, 2 elefantes, 6 cisnes negros, 4 gansos canadienses, 4 grullas, 7 flamencos y una cigüeña.

Su madre gastaba cuatro mil dólares semanales en comida para animales, la cual guardaba en un congelador con capacidad para almacenar 4.500 kilos de carne.

Al comenzar el rodaje, los animales andaban libremente y rompían equipos y escenografías sin que nadie lograra impedirlo. Durante el rodaje ningún felino resultó herido, pero sí 70 miembros del equipo.

La filmación empezó a convertirse en un infierno. Lo demostró, Jan de Bont, el director de fotografía cuando recibió 220 puntos de sutura en su cabeza luego del “cariñito” de un león.

Aunque los chicos se movían con naturalidad entre los animales, el peligro era constante. Para una escena, donde un león debía lamer la cara de la mamá de la actriz, la única manera de lograrlo fue untando su cara con miel. Melanie miraba aterrada. Nada garantizaba que el animal solo lamería la cara de su mamita.

Melanie vio que su madre se escapó de las garras del león, pero no ocurrió lo mismo con uno de los elefantes. Tembo, que pesaba cinco toneladas, vio a la señora en el suelo, la alzó con su trompa y la tiró por los aires. Resultado, una mano y un tobillo fracturados.

Su padrastro no la pasó mejor. Interactuando con leones, uno lo mordió. Lo llevaron de urgencia al hospital donde los médicos lograron salvarle el brazo. Volvió y a las semanas, un felino le mordió las piernas, lo cual ocurrió ocho veces más.

A los hijos de él también les fue feo. Los Marshall fueron tantas veces al hospital que los médicos empezaron a bromear que bautizarían un sector del hospi con s apellido.

Luego fue el turno de Melanie. Le indicaron que se acostara cerca de un león y ella lo hizo confiada. Pero el león reaccionó mal y la atacó, la mamá trataba de rescatarla, pero el animal mantuvo las garras sobre su hija.

El ataque quedó registrado y formó parte de la película en esta toma tan real como espantosa.

Melanie sufrió muchas heridas de su rostro. Casi pierde un ojo y tuvieron que realizarle una cirugía de reconstrucción facial. Se dice que luego del accidente se rehusó a volver a la filmación, pero sí lo hizo y siguió afrontando toda clase de peligros.

“Roar” fue estrenada el 30 de noviembre de 1981. Aunque la película duró apenas una semana en cartelera y recaudó solo dos millones de dólares de los 11 que se invirtieron.

Actualmente Melanie suele visitar a su madre que sigue viviendo en su rancho junto a 13 tigres y algunos leones.

Erick Quirós

Periodista de farándula y espectáculos desde 2013. Experiencia en coberturas deportivas. Estudió periodismo en la Universidad San Judas Tadeo. En 2019, 2020, 2021 y 2022 fue premiado como el periodista de mayor visitación de La Teja. En 2019 (compartida) y 2021 recibió el premio de periodista del año de este mismo medio.

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