Mi esposo es como un chiquito, estoy cansada. Le tengo que estar diciendo qué hacer y cómo hacerlo, qué ponerse, a dónde ir. Desde que lo conozco es así, él es hijo único y la mamá siempre lo ha tratado como un chiquito. Llevamos 12 años y no es capaz de tomar decisiones solo, todo me lo pregunta, ha tenido varios trabajos y en todos tiene problemas. Lleva casi un año desempleado y la mamá le da plata, no es capaz de agarrar la escoba o ayudar en la casa, todo me toca a mí. Él se levanta y se va para la casa de la mamá todo el día y llega a las 10 p.m., luego se queja si hay desorden en la casa y me compara siempre con la mamá. Por todo eso me fui de la casa, no quiero nada con él, pero mi suegra me llama a cada rato diciéndome que no le deje al chiquito, pero mi esposo ni un mensaje me ha puesto en todos estos meses. Es la mamá la que me busca".
1. Cada quién tiene derecho a evaluar a partir de la historia qué le conviene y qué no le conviene, qué le gusta y qué no. Si usted considera que vivir con su esposo ha significado una sobrecarga de trabajo porque todas las iniciativas, las responsabilidades, la administración del hogar y el peso económico están de su lado, entonces en medio de esta separación, con esta realidad, analice a fondo sus decisiones para trazar una ruta a seguir.
2. Me llama la atención que sea su suegra quien la llame en medio de la separación para decirle que no deje a su esposo, ¿qué papel juega él en este proceso?, ¿qué nivel de consciencia tiene de los problemas que han vivido?, ¿qué iniciativas ha tomado él para resolver? No se puede estar con alguien solo por amor, sueños e ilusiones.
3. Un proyecto de vida en pareja requiere trabajo y un amplio sentido de responsabilidad, en todos los aspectos de una relación: financiero, sociales, afectivos, sexuales. Piense muy bien las cosas.