“Mi esposo siempre me dice que soy una necia cuando le digo algo y es cierto, porque cuando me quedo callada todo funciona bien pero, ¿qué es funcionar bien? Nos vamos a trabajar, llegamos en la noche y a mí me toca hacer todo lo de la casa, mientras él se va a jugar fútbol y pasa viendo programas de deportes. Los domingos me voy para donde mi mamá con los chiquitos y él se queda en la casa viendo televisión, pero tengo que dejarle la comida hecha. Siempre ando sola, no me ayuda en nada y lo único que hace es pagar la hipoteca de la casa, todos los demás gastos me tocan a mí y ya no quiero vivir así”.
1. Una visión de solidaridad es importante como un componente central en una relación de pareja, al margen de la distribución financiera o los roles de trabajo. Se requiere el aporte de los dos, en una distribución justa y equitativa por encima de visiones patriarcales, machistas o sexistas. Llevarse bien es el reto, pero desde una visión equilibrada. Pero usted no dice nada y eso no es bienestar, es un conflicto silencioso que no está resuelto.
2. Cuando ambos trabajan fuera de casa y no hay una buena distribución en el presupuesto familiar y alguno de los dos asume el 100% de la administración del hogar y todo el trabajo que esto implica, mientras la otra persona sólo come y ve televisión, se va por mal camino. Si no hay un cambio es muy posible que se deteriore la base de la relación.
3. Estamos en el 2022 y hay múltiples espacios que permiten hablar de salud emocional. Mientras se siga topando con la indiferencia, la falta de justicia y equidad, claramente se van a deteriorar los vínculos.
4. Vivir así es su decisión, pero o se le da un giro al proyecto de pareja y el asume un proceso de mayor apertura y cooperación o entran a una curva de deterioro significativa. Usted ha optado por el silencio para evitar conflictos, pero nada se resuelve, así que le urge un proceso de apoyo terapéutico y si él se resiste le tocará tomar decisiones.