“Mi hijo apenas sale a comer y prácticamente no nos habla”

Rafael Ramos, sicólogo

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“Me siento desesperada con mi hijo de 22 años, él siempre ha tenido dificultades y es de poco salir. Últimamente dice que no quiere nada con la vida y pasa encerrado en el cuarto, no sabemos dónde empezar a buscar ayuda, apenas sale a comer y prácticamente no nos habla”.

1. Es de suma importancia no desestimar una situación como esta. Ciertamente a veces se hace muy difícil entender por qué una persona simplemente se aísla, no socializa, se encierra en el cuarto y no hace absolutamente nada. Esto puede resultar muy desconcertante y muchas veces al no comprenderlo se clasifica a un miembro de la familia como raro.

2. Lo cierto es que no es un perfil esperable para la edad. El retraimiento social, aislamiento, incomunicación, pasar encerrado en el cuarto y no integrarse a las actividades familiares no está bien. Todos estos son procesos y podrían ser indicadores de un posible cuadro depresivo, pero para poder dar un diagnóstico se requiere una atención médico-psicológica pronta y oportuna para poder evaluar, descartar y buscar alternativas de apoyo.

3. Se tiene que comprender que un ser humano tiene una estructura de personalidad y esto le va a dar un sello a sus interacciones con los demás, esto se nota en la forma de vivir su vida, pero hay algunos estándares que, al margen de la personalidad, son esperables y cuando una persona los rompe como en este caso que hay una fuerte y clara tendencia al aislamiento, esto no debería de dejarse pasar. Es importante observarlo y evaluarlo.

4. Comprender que la conducta, la mente, el cuerpo, la forma de pensar, hablar, la forma de ser y estar en las relaciones pueden reflejar afectaciones emocionales. Esto es clave para que haya un abordaje oportuno, que le permita a una persona integrarse a nivel emocional y social de forma adecuada, así lo más recomendable es que busque ayuda pronto para su hijo.