“Me siento agotada, mi mamá está en cama por un tema de salud y requiere muchos cuidados. Somos cuatro hijos, pero todo me toca a mí. Al principio todos se comprometían, pero ahora simplemente es ‘yo no puedo’, ‘no tengo plata’; y, como soy la única que no tiene pareja ni hijos, entonces, todo me toca a mí. Me siento cansada, enojada y hasta deprimida, he tenido que parar mi vida y no me parece justo”.
1. Cuando nos toca asumir el cuidado de una persona que por diversas razones debe ser asistida al 100%, los cuidadores suelen ser personas del entorno familiar que en medio de todas sus actividades diarias deben abrir un espacio para asistir en todos los requerimientos del cuidado de esta persona, lo que los lleva incluso, a tener que darle un giro radical a la vida. Esto en el entorno familiar puede crear problemas y complicaciones cuando el compromiso no es asumido de forma equitativa.
2. No sé cuál es la situación de su madre pero, por ejemplo, las unidades de cuidados paliativos no sólo se enfocan en procesos de salud física, también dan soporte emocional a las familias y los profesionales de psicología que trabajan en estas unidades pueden dar apoyo, formación e información. Usted puede solicitar guía y orientación con ellos, con mucha frecuencia hacen reuniones de familia con el objetivo de ayudarles a todos a crear estrategias no sólo de cuidado para la persona que lo necesita, sino también para que la familia desarrolle una visión justa y equitativa,. Sería oportuno tratar de contactarlos.
3. Por otro lado, ante la ausencia del diálogo y la falta de compromiso, el Conapam puede convertirse en un recurso de apoyo que le ayude a la familia a dimensionar los deberes que deben ser asumidos en lo afectivo, en el plano salud o en el económico para que la persona que debe ser asistida esté en las mejores condiciones y velar por la salud integral del cuidador.
4. Se requiere una visión de solidaridad y justicia, que implica una equilibrada distribución de las responsabilidades de forma tal que el tema no sea desgastante, que en sí mismo ya lo es. Tener un ser querido en condiciones de asistencia siempre va a resultar un proceso doloroso y agotador.
Usted tiene todo el derecho de hacer un llamado a la atención y a la justicia para que haya una sana distribución de las responsabilidades; si no encuentra anuencia es fundamental que busquemos recursos de apoyo tanto en el plano de psicología, e incluso, legales con el objetivo de crear un balance a todo nivel.