“Mi nuera le ha hecho un infierno la vida a mi hijo”

“Doctor, no quiero parecer una mamá sobreprotectora, realmente no lo soy ni soy una suegra metiche, pero mi nuera le ha hecho un infierno la vida a mi hijo. Ella cada vez que tienen un problema lo saca de la casa y mi hijo se viene para la mía, luego lo busca y se va con ella. En una de esas quedó embarazada de otra persona y mi hijo la aceptó, le dio los apellidos al chiquito y sabe que no es su hijo. Yo decidí respetar las decisiones y veo ese chiquito como un nieto, pero ellos viven un infierno”.

1. A toda persona le puede afectar mucho a nivel emocional el saber que esto le pasa a alguien que amamos, en el corazón de una madre mucho más. Comprendo el dolor que usted puede estar sintiendo ante la inestabilidad continua de la relación que tiene su hijo.

2. No obstante, hay un momento en la vida que creo que a todos los que somos padres o madres, nos toca hablar, formar, orientar, sugerir, escuchar, proponer, aconsejar, pero también hay que aprender que los hijos vuelan, toman, decisiones y construyen su proyecto de vida. Esto a veces es de digestión lenta, fundamentalmente cuando nos damos cuenta que, lejos de haber tomado decisiones que los hacen crecer, se estancan en procesos dolorosos.

3. Le corresponde a su hijo evaluar y analizar la situación en la que vive. Lo que usted cuenta es complejo, también cuando se trata de integrar a su nuera en todas las actividades familiares debe ser muy duro, pero si ella y él han construido una curva de inestabilidad tan severa, más allá de lo sucedido, vea que su hijo siempre se acomoda a las sus fluctuaciones emocionales de su pareja.

4. Creo que en la medida de lo posible, si se abre la puerta para que usted pueda hablar y él se dispone a escuchar, claro que lo puede orientar, pero también puede llegar a un momento en el que usted tendrá que tomar distancia. Aceptar que a veces somos impotentes ante las decisiones de los demás puede resultar muy frustrante, pero también muy liberador. Son dos adultos que desde afuera podemos cuestionar e incluso, no compartir su forma de vida, pero hay que reconocer que nuestro alcance es limitado cuando las personas no escuchan y no se dejan ayudar.