“Mi pareja dice que yo no le sirvo como mujer. Él espera una persona que lo atienda y que cuando llegue a la casa la comida esté lista. Además, no le gusta mi trabajo porque a veces tengo que viajar y cuando se enoja no me habla por días y se pierde. Le he dicho que las responsabilidades son de los dos, pero responde que no va a cambiar y por eso decidí terminar, pero ahora me sale con que él está dispuesto a negociar si yo cambio de trabajo y le hago caso”.
1. El hecho de que una persona pida cosas como esas, refleja que su visión no corresponde a nuestra realidad, ya que exige servilismo o anular sus procesos de desarrollo personal para atenderlo, como que si fuera un monarca y eso no es compatible con un amor sano. Elegir este proyecto de vida es su decisión, no obstante busque un proceso sicológico que la oriente.
2. Usted describe una relación con múltiples problemas en el establecimiento de acuerdos en la comunicación. Él le dice que no va a cambiar, así que le pregunto: ¿Desde dónde va a considerar regresar? Creo que usted tiene un marco de hechos que le permiten hacer un análisis objetivo, sobre lo que quiere.
3. Siempre la persona debe tratar de ver la realidad y si esta no alcanza para tomar decisiones, entonces está en la obligación de buscar ayuda terapéutica porque cuando no se ve lo evidente y las emociones pueden más que la realidad, se tiene un grave error de interpretación y esto necesita clarificarse antes de tomar decisiones que la comprometan al largo plazo a situaciones que podrían ser poco sanas.
4. Una relación sana implica un profundo respeto por la esencia de la otra persona. La individualidad no tiene por qué chocar con un proyecto de vida en pareja, más bien los debe mover a negociar y a establecer acuerdos que no impliquen la autoridad de uno sobre otro para estar juntos, porque de lo contrario, la base frágil y disfuncional.