Farándula

Modelo cuenta cómo está viva de milagro tras sufrir fatal accidente

La combinación del exceso de cansacio y la falta de sueño hicieron que Angie Solórzano estuviera batallando varios días por su vida

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La hermosa instructora de ejercicios y modelo Angie Solórzano siempre ha sido fiel admiradora de la Mujer Maravilla. Hasta tiene en el brazo izquierdo un tatuaje del personaje, lo que nunca imaginó es que tendría que encarnar a la heroína y usar superpoderes para vencer a la muerte.

Al verla ahora sonriente y llena de vida pocos pensarían que estuvo al filo de la muerte. Tanto así que sus seres queridos atribuyen que está viva de milagro.

La vecina de Palmares y ganadora del certamen de belleza Señora Universo 2016 inicia la entrevista diciendo “Tengo treinta y seis años de edad, pero un año de que volví a nacer”.

Sí, efectivamente la palmareña estuvo a punto de perder la vida luego de sufrir un accidente de tránsito en la carretera Bernardo Soto, en Alajuela, a las 11 p.m.

El 9 de enero del 2018 es una fecha que quedará en la memoria de la familia Solórzano. Fue aquel día cuando Angie se llevó el susto más grande de su vida.

La deportista llevaba días de andar en demasiadas carreras. La apretada agenda la obligaba a despertarse muy temprano y acostarse muy tarde.

“Entrenadora personal, master coach internacional, instructora de clases fitness, empresaria, modelo y sobre todo, mamá veinticuatro siete”, así cuenta Angie que son sus días habituales.

Ese día, Angie estaba en San José con su hija Yaleshka, en ese entonces de 12 años, en casa de su mejor amiga, Olga Hernández.

Olga toma aire y confiesa que volver a revivir segundo a segundo por lo que pasaron al saber que Angie había estaba luchando por su vida tras el accidente, se le hace muy difícil y le remueve sentimientos de tristeza, angustia, pero también de alegría.

Para Olga, fue tan duro vivir la experiencia de estar a punto de perder a su mejor amiga, que quedó con secuelas y tuvo que llevar terapia sicológica.

Hernández recordó que ese día ella le insistió a la reina de belleza que la veía demasiado cansada, que mejor se quedaran a dormir en su casa y que se iban al día siguiente bien temprano.

“Le dije que no podía porque la primera clase en el gimnasio la tenía que dar a las cinco de la mañana, le dije que no, que lo único que quería era dormir en mi cama”, recordó Angie.

Como la modelo no aceptó, Olga siguió insistiendo y le dijo que entonces por lo menos le dejara a su hija y que ella después la llevaba a Palmares.

“Volví a ver a la enana y se me quedó viendo con cara de ‘deme permiso’. Olga me insistió mucho en dejársela, yo le decía que no tenía ni ropa, pero ella (Olga) me decía que ahí solucionaban. Entonces, al final quedamos en que Yaleshka se quedaba, regresaba el día del tope de Palmares y yo me iba a descansar a mi casa”, indicó.

“Ahora, a poco más del año del accidente, entiendo que Dios manda ángeles de una u otra manera, si Olga no me insiste en dejarse a Yaleshka y como quedó el carro, la historia habría sido diferente, habría sido una fatalidad para Yaleshka”, añadió.

La modelo narró que del momento del accidente no recuerda casi nada.

“Le mandé un mensaje de audio a Olga donde le decía que casi no había carros, que la carretera estaba despejada porque ya era tarde. Le dije que ya casi llegaba a Palmares. Luego lo único que recuerdo es que sentí que las manos se me cayeron del volante, y nada más. Tengo la idea que después del accidente, todavía dentro del carro, me volví a ver las piernas”, detalló.

Lo que Angie se enteró mucho tiempo después, fue que cuando las manos soltaron el volante, ella perdió el control del automóvil, cayó en una cuneta y quedó inconsciente entre las latas retorcidas del vehículo. El carro dio varias vueltas y se volcó.

“Detrás mío venía en un carro un muchacho que trabajaba en el OIJ que fue quién me ayudó y estuvo conmigo hasta que llegó la ambulancia. Él cuidó mi bolso y agarró mi celular y como estaba bloqueado, me agarró el dedo para usar mi huella y así fue como lo desbloqueó y logró llamar a mi familia. Ese fue otro ángel que Dios me mandó para ayudarme”, detalló la entrenadora personal.

La amiga de Solórzano cuenta que ella apagó el celular en la noche y hasta en la mañana lo encendió.

“Tenía muchos mensajes y llamadas, fue cuando Myrna, la hermana de Angie, me dijo que había sufrido un accidente, pero jamás imaginé que había sido algo tan grave”, comentó.

Olga y Angie son como hermanas, así que Olga salió soplada para el Hospital México, donde habían ingresado a su amiga en una condición muy delicada.

“No le puedo explicar, cuando vi a Angie por primera vez en el hospital, después del accidente, era otra persona. Estaba entubada, tenía vías por todo lado, las manos eran como cuatro veces su tamaño normal, estaba inconsciente y tenía sellos de tórax en los pulmones”, recordó Olga.

La parte más afectada por el accidente fue la cabeza y además tenía muy comprometidos los pulmones, ya que tenía un sangrado.

“Fueron días muy dolorosos, estaba muy angustiada. Había momentos en que despertaba, me quebraba. Los doctores y enfermeras nos dijeron que cuando estuviéramos con ella le habláramos mucho. Yo entonces le decía que tenía que luchar por su hija, que no se preocupara de nada, que se iba a recuperar, también le cantaba”, contó Olga.

Los días pasaban y los médicos eran muy cautelosos con los informes que les daban acerca del avance de la salud de la guapa.

Doña Cristina Canales, mamá de Angie, recuerda las horas de angustia que pasó a la orilla de la cama de su hija, vigilando fijamente que tuviera algún tipo de reacción que les diera esperanza de que iba a salir con bien del hospital.

“He trabajado por cuarenta años en la Caja (del Seguro Social) en el área de Emergencias y había visto muchos casos, pero cuando ya te toca ver a los de uno en una situación así cambia todo. Fue demasiado duro”, contó Canales.

Al quinto día de estar hospitalizada Angie despertó.

“Fue un milagro, fue una bendición verla despertar, me puse a llorar”, recordó Canales.

Angie contó que días después su hermana, Myrna, le confesó que su mamá le había pedido a ella prepararse para lo peor y ser fuertes por el bien de la niña.

Al despertar y conocer los detalles de lo que había pasado, el mayor temor de Angie era que por alguna razón no pudiera seguir con su negocio.

“Salí con silla de ruedas, pero luego de dos meses y llevando terapia tanto física como sicológica, logré empezar a trabajar. Fue una época muy difícil porque cuando uno está en esa situación deja de percibir dinero, pero las responsabilidades siguen, usted puede estar en cama, pero hay que pagar agua, luz, y todas las demás responsabilidades que uno tiene.

“Tenía problemas de memoria, tenía miedo de que se me olvidara las rutinas de ejercicio, fue muy duro”, recordó.

Angie luce en su brazo izquierdo un tatuaje del la Mujer Maravilla, que sin duda alguna la representa a perfección, ya que fue una superheroína al enfrentar y salir adelante después de semejante susto.

Ileana Vargas

Periodista de espectáculos con 10 años de laborar en Grupo Nación.

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