Modelo tica usará en su boda un vestido valorado en ¢4,5 millones

El prometido de la modelo Mónica Santamaría se desvive para que su novia tenga la boda que siempre soñó, por eso no se anduvo en pichuleos y le compró un vestido valorado en varios millones de colones.

La morenota caminará al altar el próximo 4 de marzo en una ceremonia que se realizará en el Zephyr Palace, del hotel Villa Caletas, ubicado en Herradura, a las 4 p.m.

La historia de amor del estadounidense Lee Smith, de 39 años, y de la costarricense, de 29 años, comenzó en un centro comercial en marzo del 2017.

En medio de las carreras por los preparativos para el gran día, Mónica nos reveló algunos detalles de su despedida de soltera, de la ceremonia y lo que les espera en el futuro.

- ¿Cómo estuvo la despedida de soltera?

Me fui con todas mis amigas el fin de semana pasado a Bocas del Toro (Panamá) y fue una locura, aquello estaba lleno de extranjeros y todos tenían que ver con nosotras.

- ¿Por qué fueron la sensación?

Porque andábamos como uniformadas. Mi vestido de baño era blanco y andaba con una corona como las de las novia. Mis seis amigas usaron vestidos de baño iguales, que los compre en Londres, además andaban una corona, un broche y un collar que decía “squad bride” (el equipo de la novia).

Yo soy media histérica y les di de regalo una bolsita con esas cosas. Y los europeos no dejaban de preguntarnos si en Centroamérica se acostumbraba hacer las despedidas de solteras así. En todos los tours, sin ser VIP, nos pasaban de primeras y nos daban botes para nosotras solas.

- Hablemos de la ceremonia, ¿contrató un organizador de bodas?

No, como soy tan perfeccionista, prefiero hacer las cosas yo. He estado organizando todo desde agosto del año pasado. Pero también me ayuda mucho que en Villa Caletas uno escoge la comida y le dan opciones de la decoración, así que eso facilita mucho las cosas.

- ¿Es de las que quiere un queque de bodas enorme?

La prueba del queque, diseño y todo eso lo vimos ayer. Lo queremos grande, mínimo de 4 niveles

- ¿Ya escogió el vestido?

Es un vestido de la marca Bertha, que es muy conocida, y costó bastante caro.

- ¿Cuanto costó el vestido?

- 8 mil dólares (unos ¢4,5 millones). Es que a mí me había gustado uno que costaba como 4 mil dólares, pero mi novio donde lo vio dijo que era demasiado encaje, que parecía un mantel chino, que ya que íbamos a gastar mejor pagaba por uno que fuera más lindo, entonces yo le dije: ‘Diay, si usted lo quiere pagar, entonces compremos el otro más caro’ (carcajadas).

Al principio me gustó más el de encaje, pero como que me fueron desinflando y se me quitaron las ganas, pero después de que me dijeron que al vestido caro se le podía poner las mangas que me gustaba del otro, ahí sí, me quedé feliz con el segundo.

- ¿Cómo es el vestido?

Es tipo sirena, con corsé, la cola es impresionante, mide tres metros. Lo compré en Los Ángeles luego de dos meses de andar buscando.

- ¿Invitaron a muchas personas?

Tendremos solo 70 invitados y 30 son familiares de Lee que viajarán unos días antes a Costa Rica, ellos viven en Estados Unidos.

- ¿Qué tiene planeado para la fiesta?

Vamos a tener varias cosas como un show de fuego, zancos, belly dance, la comparsa Latin Sound que fue una de las ganadoras del carnaval del año pasado, guitarras, violines y otra sorpresa más, una muy especial para mi novio.

- ¿Nos puede adelantar algo de esa sorpresa?

Es algo musical y coreográfico. Llevo ensayando varias semanas y será un regalo para él.

- ¿Cuál es el plan una vez casados? ¿Dónde vivirán?

A nosotros no nos gusta la rutina, porque la rutina mata. Por eso andamos viajando por todo el mundo. Mi novio dice que tenemos que vivir en Estados porque ahí hacemos la plata, pero la gastamos por todo el mundo.

- ¿A qué se dedica su prometido?

Tiene una empresa de arquitectura especializada en decoración de piscinas y todo lo que son patios y zonas externas de casas, condominios y edificios.

- ¿A dónde van de luna de miel?

Habíamos planeado ir a conocer la Muralla China, Singapur, Tailandia y de último a Bali, pero con lo del virus, ya no queremos ir por esos lados. Todo nos cambió, por dicha no habíamos comprado nada. Ahora el plan es ir en abril, que él cumple años y así matamos dos pájaros de un solo tiro, a Bogotá (Colombia) por seis días y otros seis días a Curazao.