Natalia Rodríguez está viviendo una aventura única al otro lado del mundo, por eso este domingo no aparecerá en la novena gala de Mira quién baila.
La presentadora anda de viaje en China, gracias a una invitación muy especial que le hizo la Embajada de China en Costa Rica, y tuvo una experencia bastante particular que la dejó realmente sorprendida.
La conductora de ¡Qué buena tarde! nos contó que tuvieron la oportunidad de conocer un hospital de medicina tradicional china, y su impresión fue tan grande que aún no sale del asombro.
“Venimos a un hospital de medicina natural, pero uno se imagina algo pequeñito, tipo un Ebais, y no, ¡es un hospital enorme, como el México!”, contó emocionada.
“Todas las medicinas las hacen con plantas y productos naturales. Ellos practican acupuntura y tienen métodos súper curiosos: revisan el oído y, según los puntos, pueden saber si alguien tiene problemas en el hígado, la espalda o la columna. También examinan la lengua; con el color pueden detectar muchas cosas. Es una vara loquísima”, contó aún asombrada.
Sirvió de paciente
Pero lo más impactante para Natalia fue lo que se vino después de ser una paciente en el lugar.
Cabe recordar que en diciembre del 2019 ella sufrió un accidente doméstico con una puerta de vidrio que le dejó secuelas en una pierna y terminó siendo convencida por los especialistas para que probara la acupuntura.
“Todo el mundo me decía que lo intentara, y pensé: ‘Bueno, vamos a ver si esto sirve’. Mi mamá me dijo: ‘Yo siento la acupuntura’, y yo pensé que en mi caso no iba a pasar nada porque hay una parte de la pierna que no siento desde el accidente”, recordó.
“Primero me dolió, y eso fue lo impresionante, porque tengo mucho tiempo de no sentir nada en esa pierna. Conforme me iban poniendo las agujas, empecé a sentir. Fue una sensación rarísima pero linda”, confesó.
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Naty contó que lo más más sorprendente se vino después, ya que tras terminado el procedimiento el efecto de dolor continúo.
“El asunto fue que cuando yo me quité las agujas y todo, pasé todo el día con dolor de pierna. Lo cual, en seis años que tengo de mi accidente, a mí nunca me ha dolido la pierna; solo como dos o tres veces con la luna llena”, dijo sin salir aún del asombro.
Se llenó de esperanza
La presentadora de Teletica tuvo que llamar a su esposo Emilio Garro, quien es médico, para contarle y preguntarle qué hacía y su respuesta la calmó mucho y la llenó de ilusión.
“¿Sabe qué? Eso es buenísimo, quiere decir que los nervios están despertando’”, le dijo su marido.
Aunque todavía está procesando lo vivido, Natalia se mostró muy agradecida por la oportunidad y por lo que considera una señal de esperanza en su recuperación.
“No sé si fue casualidad o no, pero algo se movió ahí, y eso para mí ya es ganancia”, concluyó.





