“Creo que realmente no estoy bien, he tenido celos muy complejos, razón por la cual se terminó mi relación de pareja. Ella me dio un par de oportunidades, pero no logré controlar los celos y le generé muchos problemas. Soy una persona muy insegura y definitivamente creo que con ella ya no tengo ninguna posibilidad. Quiero hacer algo por mis celos, que me generan ansiedad, me enojo mucho, hago reclamos y creo que me siento deprimido”.
1. Amigo, me parece muy bien que usted reconozca el tema de los celos y todos los síntomas que está viviendo: ansiedad, irritabilidad, tensión, problemas en el control del carácter e, incluso, un poco depresivo. Muy bien que lo tenga claro.
2. Cuando somos capaces de reconocer lo que nos afecta, podemos definir muy bien qué no nos hace bien, en qué circunstancias no funcionamos al 100%, y cómo nuestra conducta altera nuestro entorno laboral, personal, familiar y de pareja. Ahora, se requiere abrir un espacio de formación emocional que le permita modificar todos estos hábitos y conductas, para poder establecer una mayor estabilidad para la construcción de una relación de pareja.
3. Cuando tenemos un cuadro de celos, que nos lleva al establecimiento de control, problemas de comunicación e integración afectiva, social y personal en nuestra vida de pareja, no es un tema de poca importancia. Todo lo contrario, se requiere tomar conciencia de este proceso, para buscar ayuda y empezar a trabajar en función de resolver y modificar todo aquello que nos hace tener patrones de conducta irregulares e incompatibles con la estabilidad emocional y un proyecto de vida en pareja.
4. Este es un momento clave para abrirse a la posibilidad real de buscar ayuda, no solo como un acto de conciencia y humildad, sino como una necesidad y una prioridad en su vida que le puede posibilitar genuinamente transformar todo aquello que usted está sintiendo, para que sea una oportunidad de desarrollo.
5. Es importante no quedarse solo con la identificación sino dar un paso más allá, para aprender a regular estos procesos que tienen que ver con nuestras ideas, nuestra historia afectiva, la forma en la que conceptualizamos el amor, nuestras expectativas de pareja. De ahí que se requiere trabajar con un amplio sentido de apertura para poder regular todo aquello que nos roba la paz.