“No soy feliz, pero prefiero luchar y tener esperanza”

“Me cuesta aceptar que mi relación no funciona y todo mundo me lo dice, pero decido seguir porque creo que no puedo quedarme con la idea de que no va a funcionar. Para mí seguir luchando es importante, aunque me sienta desgastada, pero mi pareja es muy complicada. Sé que no soy feliz, pero prefiero luchar y tener esperanza que estar sola y no saber qué va a pasar con mi vida”.

1. Es profundamente respetable su descripción, pero tiene que quedarle claro que es incompatible con la posibilidad de crear una curva de estabilidad en una relación, ya que usted afirma que la relación es compleja, difícil y disfuncional. No obstante, usted quiere seguir a pesar de tener clara conciencia de que es complicado.

2. Cuando alguien hace una descripción como la suya, lo recomendable es que busque ayuda terapéutica, porque no es coherente a nivel emocional decir: “sé que no sirve, pero prefiero luchar y tener esperanza”. Le pregunto: ¿esperanza?, ¿a partir de qué? Claramente la relación no tiene una curva de estabilidad.

3. La idea de tener esperanza es válida y se pueden experimentar una serie de cambios una vez que han identificado las dificultades y son asumidas por cada uno de los miembros de la relación. Luego, ambos, tanto a nivel individual como de pareja, se enfocan en la integración de cambios que posibiliten la estabilidad y el crecimiento emocional. Pero luchar y mantener la relación porque la incertidumbre del futuro es más agobiante que las dificultades del presente, no es una buena posición.

4. Una cosa es creer que puede funcionar y otra cosa es tener certeza de que está funcionando. Aunque la línea entre estas dos posiciones es muy delgada, hay claras diferencias cuando hay problemas recurrentes, creer que puede funcionar responde a la resistencia a enfrentar la realidad.

5. Tener certeza de que está funcionando se describe en los hechos y se vive con estabilidad. Cuándo no se puede ver o no se quiere ver se requiere realmente buscar ayuda terapéutica.