“Nos separamos y ya tiene a otra, pero me dice que no me da el divorcio porque cree en el matrimonio”

“Mi esposo y yo estamos separados, ya él incluso tiene una nueva relación, pero al final no tomamos ninguna decisión. Tenemos dos hijos, él sigue llegando los fines de semana a verlos, se queda todo el domingo en la casa, yo lo atiendo, salimos a pasear juntos, pero no les ha contado que ya vive con alguien. Me dice que no me da el divorcio porque él cree en el matrimonio, pero a la vez me dice que no va a volver conmigo, entonces, no lo entiendo, yo quiero poder continuar con mi vida, por otro lado le dice a mis hijos que él no regresa porque yo no quiero”.

1. Cuando una propuesta es contradictoria por parte de una persona y la otra tiene muy claro lo que quiere y no encuentra una posición que permita una negociación, entonces, llega un momento en el que se tiene que pensar en uno y tomar la decisión de trazar su propio norte, en su caso, creo que llegó el momento de que usted busque apoyo psicológico y legal, para que empiece a considerar alternativas.

2. Las cosas por su nombre, esto técnicamente no es un divorcio porque no se ha firmado un documento, pero esto es una separación, este proceso de pasar tiempo con sus hijos, parece ser un esquema confuso y poco transparente, que a la larga solo va a complicar el proceso emocional de todos.

3. Creo que usted no puede seguir asumiendo una actitud pasiva frente a una persona que le dice que no quiere estar con usted, pero que cree en el matrimonio, a la vez vive con alguien más y que le dice a sus hijos, que él quiere volver, pero que la culpa es suya.

4. Usted no tiene porqué vivir de esta forma, estar sujeta a estos procesos que la atan a un proyecto de vida, en el que su dimensión de mujer se encuentra completamente paralizada solo porque la otra persona impone su criterio.

5. Es momento de que usted se asesore y que se sienta en la libertad de poder trazar en su propio camino, sin sentirse culpable o atrapada en una situación que no permite desarrollar la libertad emocional, jurídica y financiera para reorganizar la vida.