Catar anunció que los responsables de los realizar exámenes ginecológicos forzados a varias pasajeras, en el aeropuerto de Doha, serían llevados ante la justicia, en un caso que provocó una ola de indignación internacional y empañó la imagen de este rico país del Golfo.
"Los responsables de estas violaciones y acciones ilegales han sido llevados ante la Oficina de la Fiscalía Pública", declaró el gobierno en un comunicado, en el que presenta las conclusiones preliminares de una investigación oficial.
Mujeres a bordo de diez vuelos que salían de Doha fueron sometidas a exámenes ginecológicos para encontrar a la madre de un recién nacido que fue abandonado en los baños del aeropuerto el 2 de octubre.
Catar, incómodo por este caso que empaña su imagen, aceptó la culpa tras las críticas de los países de origen de las mujeres afectadas, lamentando las violaciones a las libertades individuales y el sufrimiento infligidos a estas.
El primer ministro y ministro del Interior, jeque Jaled bin Jalifa Al Thani, garantizó entonces una investigación “completa y transparente”, cuyos resultados serán compartidos con todos.
Nueva Zelanda reveló este jueves que una de sus ciudadanas estaba entre las afectadas y calificó los hechos de “completamente inaceptables”. Australia y Londres se sumaron a las quejas.
El gobierno catarí dijo que estudia posibles infracciones en los protocolos del aeropuerto, añadiendo que era la “primera vez” que ocurría un hecho semejante.
El escándalo podría dar un duro golpe a los esfuerzos del país del Golfo por mejorar su imagen antes del Mundial de Fútbol de 2022.