Desconozco si las autoridades de Salud lo saben, pero al menos la Fuerza Pública sí debería estar en todas sobre lo que sucede en muchos barrios del sector sur de San José, como Alajuelita y sus distritos, al igual en el populoso Desamparados, y los Hatillos, por citar algunos ejemplos.
Si bien en estas zonas vive gente muy responsable que acata las disposiciones dictadas contra el coronavirus por el ministro de Salud, Daniel Salas, lo cierto es que hay muchísima gente que a estas alturas, con 113 contagiados y dos pacientes fallecidos, cree que el asunto es un vacilón.
En estas comunidades vemos gente en la calle como si nada y hasta con los güilas, como si estuvieran en vacaciones. Y de los supermercados ni hablemos, porque allí los clientes hacen apelotadas filas para ingresar.
Las aglomeraciones, lo que las autoridades quieren evitar por el fácil contagio del Covid-19, se ven en en todos estos negocios.
El llamado a quedarnos en la casa no es jugando, y es que aparte del riesgo de que los servicios de salud puedan colapsar, y las altas posibilidades de que aumenten las muertes, el golpe al bolsillo de cada uno de nosotros será duro y en muchos casos fulminante si no atacamos en serio la crisis, y la tarea es de todos. Las autoridades de Salud hacen lo que está en sus manos, el resto de la tarea está en nosotros porque todos estamos en el mismo barco y el coronavirus no distingue nacionalidad, sexo (hetero o miembro de la comunidad LGTB), ni tampoco de si se es empresario o empleado, la afectación será para todos.