“Volvió a pasar un año más, termina el Día de los Enamorados y yo no existo para mi esposo. Nunca hay detalles, no se acuerda del cumpleaños, ni del aniversario, mientras que yo sí soy chineadora. Llevamos 17 años y le he dicho que su indiferencia me duele y su respuesta es: ‘así soy yo’. Me siento tan frustrada y me pregunto ¿por qué no logré que él fuera una persona más tierna, cariñosa? Recuerdo cuando mi mamá me decía: ‘la mujer hace al hombre’, lo cual me hace sentir fracasada”.
1. Es muy duro que usted tenga que vivir en medio de la indiferencia afectiva y que vea cómo pasan los años y que sus aspiraciones emocionales generen insatisfacción porque no hay una retribución expresiva. Hay varias cosas que se pueden analizar.
a. A veces se establecen relaciones de pareja y son conscientes de que una persona es fría, inexpresiva poco comunicativa y se establece la relación bajo la premisa de que va a cambiar, pero no sucede porque la persona realmente es así y cuando se hace una elección esperando una modificación es poco probable que se dé. El cambio no es imposible, pero la anuencia al cambio es personal. La pregunta que sigue es ¿puede ser feliz en esta realidad?
b. Al margen de la forma de ser de una persona, todos están en la obligación de estimular una relación, trabajar desde la reciprocidad afectiva, buscar un lenguaje expresivo que genere satisfacción, es fundamental, y le corresponde a cada uno evaluar el aporte que hace a su vida familiar.
2. Considere la posibilidad de buscar ayuda porque no es una responsabilidad de la mujer o de alguno de los miembros de la pareja dar un curso de formación emocional a la otra persona. La responsabilidad afectiva es un tema de desarrollo personal y no puede visualizar las carencias expresivas de su esposo como un fracaso personal.
3. Trabajar sobre conocer su concepto de mujer, pareja y familia, podría ser muy importante en esta etapa, para buscar estabilidad emocional.