El artista británico Phil Collins demandó a su exesposa y al actual marido de esta, alegando que la pareja se clavó a la fuerza a su casa en Miami Beach, valorada en $40 millones (poco más de ¢238 millones).
Además, la ex contrató guardias armados para mantener al músico fuera de la propiedad.
Collins asegura que su tercera esposa, Orianne Cevey y su marido Thomas Bates, se “han negado a salir” de la vivienda, la cual es propiedad del artista.
En la demanda, los abogados de Phil se refieren a los Bates como “invasores” y dicen que Collins teme que la pareja o sus agentes “saquen, escondan o destruyan” objetos de valor y otros que son de su propiedad y están en la casa.
Anexaron a la demanda una carta en la que aseguraron que Orianne Bates ha amenazado con hacer públicos documentos y declaraciones que “serían perjudiciales” a la imagen de Collins, a menos que le dé una gran cantidad de dinero.
Collins compró la vivienda en 2015 y, según los documentos públicos de la transacción, tiene más de 1.100 metros cuadrados y está edificada en un terreno de unos 5.000 metros cuadrados en una de las áreas más caras de la ciudad. La propiedad, de siete habitaciones, fue construida en 1920 y tiene embarcadero privado, piscina y un estanque de peces koi. Fue renovada en 2005 por la artista y empresaria Jennifer Lopez.
El músico y Bates se casaron en 1999 y tuvieron dos hijos, Nicholas y Matthew, de 19 y 15 años respectivamente. La pareja se separó en 2008. Según el acuerdo de divorcio, Collins pagó casi $48 millones.