Escuchar"Me divorcié hace dos años. He sido justo, responsable y trato de cumplir a tiempo con la pensión. Soy un papá que visita a sus hijas con frecuencia, pero con mi ex me ha costado mucho porque tiene un novio y a veces me pide que cambiemos el fin de semana de las chiquitas y acepto, pero a veces no puedo y se enoja. Ella me complica las cosas con mis hijas y no me los quiere prestar. Ella cambia de criterio con frecuencia y me quedo callado para no hacer pleitos, pero estoy cansado".
1. Creo que una pareja tiene que tener muy claro que después del divorcio, deben pensar en lo que sienten los hijos. Ese es un eje de respeto absoluto, ya que ellas no son un bien con el que se manipula, se castiga o se le fastidia la vida al otro.
2. En un divorcio hay que entender que los hijos tienen derecho a la estabilidad emocional y esto es responsabilidad de los adultos que forman parte de este proceso.
3. Creo que si tienen un acuerdo de visitas, tiene una participación activa en la vida de sus hijas y cumple con todo, no debería quedarse callado. Cuando usted sienta que el espacio para ejercer su paternidad o el de sus hijas para disfrutar con su papá se vea afectado, por los caprichos emocionales de la mamá, no puede guardar silencio.
4. Es importante tener una conversación muy clara y fijar límites claros. Incluso se podría buscar una mediación de alguien que les resulte de confianza a los do para aclarar las cosas.
5. El problema central es muy emocional y si afecta a sus hijas tendrá que buscar asesoría legal y psicológica para establecer un régimen de visitas más claro y más firme, pero lo ideal sería que ustedes lo puedan resolver.
6. Creo que quedarse callado no es una opción, porque podría generar mayores tensiones y complicaciones. Intente hablar, resolver, expresar lo que piensa y siente porque si usted está buscando el beneficio de sus hijas, quedarse callado afecta a todos. Hable y sea prudente y firme, ya que tiene que ser muy claro con los derechos que tiene.
