"Le escribo porque he tenido muchos problemas con mi familia. Tengo tres hermanos y mi padre nos abandonó hace mucho tiempo. Dos de mis hermanos son muy irresponsables con todo lo económico, pero como la casa de mi mamá estaba muy deteriorada llegamos al acuerdo de arreglarle la casa. Hice el préstamo a mi nombre, comprometí mi salario y quedamos en que todos aportaríamos, pero ahora ninguno quiere asumir su responsabilidad. Estoy ahogada. Ya hablé con un abogado, pero como todo lo hice a mi nombre me tocó hipotecar mi casa, así que no puedo hacer mucho. Yo ya no puedo pagar, tengo cobros del banco y mis hermanos no me quieren ayudar".
1. Es lamentable que en nuestras relaciones familiares se den este tipo de abusos y esta falta de consideración que hoy la tienen en una situación económica difícil. Creo que es hora de analizar los hechos, ir a los bancos, presentar su caso y buscar alternativas que le permitan no poner en riesgo su casa por asumir una deuda para ayudar a su madre.
2. Uno de los graves errores en este tipo de situaciones es que todas las cosas se hacen de palabra, sin papeles y confiando en acuerdos verbales, los cuáles cambian cuando hay conflictos emocionales entre las diferentes personas que componen una familia. Todo negocio aún cuando sea familiar debe quedar por escrito para evitarnos estas situaciones.
3. Creo que es momento de buscar un mediador que que los otros asuman los acuerdos, puesto que usted quedó en una condición de mayor debilidad financiera y no es justo, pero hay un acreedor bancario que responde a los contratos del crédito que se firmaron.
4. Frente a situaciones como estas es frecuente perder la paz, y crear grandes y graves complicaciones, lo cual no contribuye a la búsqueda de una solución, porque entre pleitos, gritos y discusiones, las personas a veces deciden alejarse y no asumir los acuerdos que una vez prometieron. Por tanto, es momento de actuar con mucha serenidad, con mucha prudencia, pero sobre todo con mucha firmeza.
5. Creo que es importante buscar apoyo. A veces las personas cuando no pueden pagar una deuda no hacen uso de las posibilidades que ofrecen los bancos de hacer acuerdos de pago. Quizá se pueda llegar a algún acuerdo que permita una mejor administración de la deuda. Así que, no es bueno ofuscarse sino buscar a los bancos, con una asesoría legal pertinente, para definir qué se puede hacer y cómo se puede resolver.
6. Este es un momento para la serenidad, la prudencia y para actuar con sabiduría, pero hay que tener determinación y no poner en riesgo su casa, sus finanzas y evitar manchar su crédito.