Escuchar“Estoy en una relación muy difícil y negativa, la cual ha pasado por muchos ciclos y hemos tenido varias separaciones porque cuando a mi pareja algo no le gusta se enoja, no quiere hablar y se va. Es explosivo y no mide sus palabras. Cuando decido terminar la relación, él aparece y me cuenta que tiene muchos problemas. Le digo que estoy cansada de lo mismo y él me promete cambiar, acercarse a la iglesia y buscar consejería, pero cuando volvemos no hace nada y la historia se repite. Sé que no soy feliz y que no me conviene seguir con él, pero me siento atrapada y tengo miedo de enfrentar la vida sola”.
1. Cuando se entra en una relación una de las premisas fundamentales es que ante los problemas, las diferencias y las dificultades los dos puedan luchar para resolver. Esto implica:
a. Negociar para encontrar soluciones.
b. Comprensión para ser tolerantes.
c. Convicción para permanecer firmes ante la duda y plantear criterios válidos con contenido.
d. Apertura para plantear soluciones.
e. Compromiso para hacer cambios individuales que se traduzcan en una mejora en la vida de la pareja.
2. Pero esto tiene que ser un proceso de dos, pero si ambos se van a estancar en esta rigidez conflictiva y dolorosa entonces no es viable permanecer en esta relación porque no sano, ni siquiera razonable. Solo un cambio notorio podría salvar ese vínculo.
3. El objetivo de una relación es sentirse pleno, amado, seguro, realizado, acogido, comprendido, validado y respetado, pero cuando esto no ocurre y el conflicto es la tónica se genera inestabilidad, contradicción y ambivalencia.
4. Ahora, ¿por qué se aferra? Seguro porque tiene una distorsión en su concepto de amor comprensivo, el cual es paciente y prudente cuando ocurre un cambio constante, se da un avance o cuando ambos se alejan progresivamente del conflicto y crean mejores condiciones de vida. Cuando esto no es así, ese concepto de amor tiene matices de dependencia, problemas de autoestima y anulación, lo que nunca será compatible en una relación.
5. Cuando una persona se siente atrapada por ese “no sé”, tiene que enfocar sus esfuerzos en fortalecer su ser interior, la autoestima, la autopercepción y la autovalía, porque solo cuando la persona es capaz de reconocer su valor tiene las bases para tomar buenas decisiones. Este es un reto difícil, pero se puede lograr.
