Farándula

Ramos de apoyo: Un segundo de reflexión, puede cambiar una situación

Rafael Ramos, sicólogo

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Con frecuencia he escuchado a muchas personas que ante una determinada situación, rápidamente entran en conflicto y no controlan lo que dicen, cómo lo dicen o simplemente explotan llevando las cosas a un extremo muy complicado.

Sé que muchas veces hay cosas que nos molestan y nos roban la paz, pero existen personas que tienen la particularidad de que cada vez que abren la boca es para decir estupideces o molestar. Para contrarrestar esto:

– Debe saber identificar cuando está profundamente molesto, fastidiado y que tiene muchas ganas de decir lo que sea y cómo sea. En ese primer impulso emocional el silencio es la clave.

¿Qué va a lograr si explota? Posiblemente la discusión se vuelva más grande y no se llegue a nada, porque las ofensas serán la tónica de la conversación y el resentimiento quedará ahí, para crear un distanciamiento con la otra persona.

¿Qué hacer?

– Si la situación le molesta mucho es importante que detenga la conversación, antes que las cosas se desborden.

– Si la otra persona le dice: “En este momento no quiero hablar”, usted deberá respetar ese espacio de silencio para poder pensar muy bien qué va a decir.

– No copie la frecuencia explosiva de la otra persona. Si uno levanta la voz, el otro la levantará el doble y todo se saldrá de control.

– Si se da cuenta que no lo están escuchando, ¿qué sentido tiene insistir en una discusión?

– Ante todo recuerde que el administrador de su boca, su tono y sus palabras es usted.

– Si el objetivo es entenderse con la otra persona, entonces proponga ideas con argumentos, no expresiones emocionales que no contribuyen en nada.

– Evite que su posición le genere un sentimiento de culpa porque se va a sentir mal después, simplemente porque no dio un espacio de silencio para pensar.

– Si no se puede resolver el problema en ese momento no importa, es mejor dar un espacio para luego hablar con calma, sin perder la paz.

– Recuerde que tiene una relación con esta persona por alguna razón, así que procure que su actuar mantenga la relación sana.

– No todo lo que uno piensa es correcto y no todo lo que se piensa debe decirse tal y como lo pensamos. Hay que revisar lo que se va a decir para plantearlo mejor.

Abrir espacios de reflexión ante una situación que causa tensión puede darle un giro completo a ese difícil momento con otra persona.

Recuerde que no está ahí para pelear, lastimar, agredir u ofender. Estás ahí para proponer, resolver, acercarse y fortalecer la relación. Piénselo, está en sus manos.

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