Con un récord de 96 horas dentro de una cabina de radio, ganas de dormir un día entero y mucha satisfacción de haber podido ayudar a las Obras del Espíritu Santo quedaron los locutores Aleks Morales y Marcony Sánchez tras superar el reto que se habían fijado en la emisora Centro F. M.

El par de colmilludos del micrófono se metieron a la cabina desde el mediodía del miércoles y este domingo salieron muertos del cansancio pero muy contentos.

Ambos reconocen que el esfuerzo fue grande, pues no es lo mismo estar metido en la casa, con todas las comodidades, que estar en el brete.

La compañía de los oyentes y los detalles que muchas personas tuvieron con ellos les ayudó mucho a cumplir el desafío.

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“Estamos muy cansados, pero felices porque hemos tenido muchos reportes de gente que ha seguido lo que hacemos”, dijeron.

La cosa no fue para nada fácil ya que a los dos se les subió la presión en algún momento, aunque fue Morales quien más lo sufrió.

“El viernes me puse mal, se me subió la presión, me deshidraté y tuve que salir un toque para dormir un poco, pero casi no hemos podido, de hecho, de las 96 horas solo hemos descansado diez. Por suerte ya me repuse bien porque llegué a pensar que no iba a aguantar”, dijo Aleks, más conocido como “Chaparro”.

Marcony contó que la parte de la ruleada fue lo más duro porque aunque estuvieran deseando soñar con los angelitos, no había manera de hacerlo.

“Da coraje porque apenas se tenía unas dos horas para dormir pero el cuerpo no deja, es como una adrenalina que siente uno pensando en que hay poco tiempo para descansar”, dijo Sánchez, a quien llaman el ”Kpitano”.

Empujón

Los locutores coinciden en que el apoyo de la gente y de personas cercanas les ayudó a seguir.

“Recibimos la visita del colega Warner Cordero, con quien pasamos hablando largo de anécdotas y vivencias; también vino el padre Sergio (Valverde) y nos trajo helado, al puro final terminó llorando por todo lo que le está costando seguir adelante con su proyecto.

“Por dicha la gente se ha apuntado mucho, hasta hicimos un simulacro de fin de año y nos pasaron fotos desde las casas mientras estaban bailando”, comentaron.

De momento no tienen idea de cuánto dinero se recaudó, pero están seguros de que cualquier ayudita que le den a las Obras del Espíritu Santo será una salvadota.