“Se enojaba por todo y siempre me echaba la culpa a mí”

“Me considero una persona muy segura de mí misma, pero estuve en un noviazgo durante varios años con una persona muy extraña. Siempre se enojaba y me dejaba de hablar, yo le preguntaba que qué tenía y me decía: ’usted sabe por qué”. La verdad no tenía ni la menor idea, no soy de pelear, gritar, molestar y ni soy celosa, más bien soy una mujer chineadora, pero él siempre me decía que yo era la que le hacía la vida imposible. Pasaron muchos años así hasta que me cansé”.

1. Una relación de pareja requiere que ambos miembros tengan conciencia activa de los aportes que hacen al bienestar o el malestar de una relación.

2. Con el paso de los años, debido a un patrón de silencios, con la culpabilización, los señalamientos y las críticas se vive en una montaña rusa de emociones, sin sentido, donde muchos se pregunta qué es lo que estoy haciendo mal? Desde esta perspectiva es muy difícil crear una curva de estabilidad emocional.

3. Ciertamente se tiene que revisar hacia dentro y preguntarse cuáles conductas hacen que su pareja pueda molestarse, pero si objetivamente se hace una revisión y no se encuentran fallos significativos, para que esta reacción sea permanente y por la cual se ha establecido una estructura de comunicación en la que usted se preocupa y se ocupa en tratar de resolver y la otra persona no dice nada, desde esta perspectiva, es prácticamente imposible encontrar soluciones.

4. Si una persona adopta la incomunicación, la culpabilización, la proyección de la responsabilidad de todo lo que pasa en la relación en el otro y no asume sus cuotas de responsabilidad, tanto en el conflicto como para la búsqueda de soluciones, pues toca liberarse de estas culpas y caminar bajo esta premisa: en el amor, sin la acción de dos, una relación, se vuelve insostenible desde una óptica de crecimiento y estabilidad emocional.