“Tengo miedo de enfrentar un proceso de divorcio, debido al tema de las finanzas y mis hijos. Mi relación está muy desgastada y solo vivimos bajo el mismo techo, pero tengo miedo de que las cosas salgan mal y no me animo a tomar la decisión, aunque sé que quiero que suceda”.
1. Es muy triste que ante una realidad, en la que se ha trazado una curva de incompatibilidad y hay una clara disfuncionalidad, que los adultos se concentren en complicar la situación. Juntos no están bien, no hay apertura en la búsqueda de soluciones, pero de igual manera se plantean procesos de separación aún más complejos.
2. Es muy importante hacer un esfuerzo y buscar apoyo familiar y en los amigos, así como apoyo legal y sicológico. Frente a la posibilidad de un divorcio cada una de las partes puede defender sus intereses, pero hay un principio de justicia y equidad en todas las dimensiones que implica asumir un proceso de divorcio y en esto la ley es muy clara.
3. Si tiene temor, dudas y contradicciones busque un especialista en derecho, en el área de familia, déjese orientar y busque el esquema legal más conveniente con el objetivo de romper estos ciclos de disfuncionalidad.
4. Debería evalua,r al lado de un especialista en derecho y en sicología, si este temor que tiene, que le inhibe, le coarta su capacidad de elección y de decisión, responde a una espiral de violencia.
5. No puede quedarse paralizada, porque si hay estructuras de coacción, anulación, violencia verbal, emocional o física, llegando a rozar con violencia patrimonial, quedar por temor no es la solución. La situación no es fácil esto puede crear una nebulosa muy compleja, de ahí la importancia de que busque apoyo en sus círculos sociales y familiares, así como asesoría legal y sicológica para analizar a fondo sus alternativas y procurar no un divorcio como tal, sino un replanteamiento de vida que promueva la estabilidad emocional.