“No logro entender por qué el papá de mi hija no asume la responsabilidad económica con estabilidad, tengo que estar todo el tiempo llamándole, se retrasa 3 o 4 meses, cuando vuelve depositar solo deposita ese mes, a mí prácticamente me corresponde todo, no lo molesto, lo único que le pido es que asuma las responsabilidades porque a mí se me hace muy difícil cubrir el 100% de los gastos de mi hija y no sé qué hacer”.
1. Yo creo que en el mundo ideal, al margen de la situación que haya mediado para que los padres estén separados, no debería existir una separación en dos grandes niveles, el primero, el espacio de interrelación que permite estabilidad afectiva, segundo, asumir las responsabilidades económicas como un acto de amor y que en ambos extremos haya estabilidad, es decir que no dependa de estar recordándole a un adulto que tiene deberes afectivos y económicos con sus hijos.
2. Creo que llega un momento en el que si la curva de inestabilidad es la nota frecuente y la búsqueda de una comunicación orientada a la conciliación se agota, puesto que no se respetan los acuerdos, se debe acudir a la búsqueda de asesoría legal para establecer el apoyo económico por vía judicial, dado que el diálogo no nos lleva a ninguna parte.
3. Cuando no hay posibilidades de construir acuerdos estables, el plantear por vía judicial aspectos tales como régimen de visitas, guardacrianza, pensión alimentaria, al final trae muchos beneficios, en el tanto se creó una estructura estable, que permite la organización del tiempo, el apoyo financiero, y todo lo que implica un sano proceso de relación con los hijos en medio de una separación.
4. Es desgastante vivir en un ciclo de tensión donde no sabemos hasta dónde se puede contar con el apoyo económico, que se deriva de una consciencia de responsabilidad, todo menor de edad necesita techo, recreación, salud, vestido, alimentación, en fin, una serie de necesidades más, que deben ser cubiertas con un apoyo económico estable, que no depende de los cambios emocionales, o de las conflictivas que como adultos no hayan podido resolver. Cuándo el diálogo se agota, entonces hay muchas mediaciones legales a las que se puede acudir, y a la larga esto va a evitar a futuro mayores roces.