“Tengo una compañera de trabajo con la que debo formar equipo porque así lo asignaron, pero ella es muy complicada, difícil, desordenada, no planifica. Yo le propongo hacer diferentes cosas y nunca está de acuerdo, pero de cara a los jefes ella vende una imagen que no es real, me siento frustrada”.
1. Trabajar en equipo no siempre es sencillo, exige un esfuerzo de comunicación y negociación para enfrentar cualquier tarea que no sea asignada en el trabajo y todos estamos llamados a tener una posición abierta de escucha y a construir opiniones basadas en datos que nos permitan alcanzar los objetivos.
2. En términos de escucha y análisis se debe tener un buen argumento, ser flexibles y tener una sana disposición a optar por todo lo que facilite cumplir con las tareas asignadas.
3. Si le tocó una compañera difícil y siente que las vías de comunicación se están agotando o ya se agotaron porque ella no colabora, registre la información a través de correos y construya un archivo de las cosas que van sucediendo, intente ponerlo sobre la mesa y hablarlo con ella. Si esto no funciona llegó un momento en el que se debe pedir la intermediación de su jefatura para limar las asperezas.
4. Quedarnos callados aguantando, tolerando, en la lógica de llevar la fiesta en paz no siempre va a dar un buen resultado.
Muchas veces es bueno buscar una sana confrontación que nos permita resolver todos aquellos elementos de tensión que pueden afectarnos emocionalmente y que tarde o temprano podrían afectar la efectividad en todas las tareas. Llegó el momento de hablar, buscar una intermediación, esto es parte de la madurez laboral técnica o profesional que todos debemos alcanzar.