“No quiero renunciar a mi pareja, pero ella no quiere nada conmigo. La verdad no entiendo qué pasó o por qué llegamos a este punto. Yo creía que todo estaba bien, pero simplemente me terminó, se fue y acabó un noviazgo de cuatro años. Me dijo que no se sentía bien y ahora anda con alguien. Ya han pasado varios meses y es muy difícil para mí, porque la llamo, hablo con su familia y todos me dicen que me aleje, pero no quiero”.
1. No es fácil renunciar cuando se quiere a otra persona y esta no desea nada pues se queda en un estado emocional de desorganización en el que quizá las falsas ilusiones se apoderan del pensamiento.
2. Esto no se trata de entender, se trata de asumirlo. La otra persona se fue y está con otra persona. Es muy duro y duele mucho, pero creo que se hace más daño tratando de perseguir un fantasma. Asumiendo esta ruptura, su soledad se agigantará y su capacidad de reorganizar la vida se retrasará. Lo único que queda al alcance de sus manos es perseguir un cambio de vida.
3. Este cambio de vida depende de usted. Sus proyectos, ideas e ilusiones tienen que estar asociadas a todo aquello que usted quiere, pero sea realista y procure que sean cosas viables. Usted no puede obligar a alguien a que lo quiera o lo llame. Entienda que ella se fue y por razones válidas o no, ella ya no está a su lado.
4. Es momento de abrazar la soledad como una opción, reorganizar su vida y darle un giro definitivo a su historia. Es su momento para empezar de nuevo y quizá podría buscar ayuda. Usted debe entender de que ella no solo se fue, sino que comenzó una nueva historia en la que usted no está y no tiene cabida. Esta es su realidad, no puede vivir enamorado de un fantasma y perseguirlo pues va convertir la ruptura en una historia de terror.