“Conocí a alguien muy especial, tiene todo lo que siempre he querido en un hombre, lo que pasa es que tengo 43 años y él tiene 22, no ha terminado de estudiar y todavía no trabaja. Su familia se opone a nuestra relación, entonces él ya no me contesta las llamadas ni los mensajes porque dice que la mamá no se lo permite, incluso yo le dije que estoy dispuesta a ayudarle a terminar de pagarle la universidad”.
1. Las diferencias de edad en una relación de pareja cuando son significativas podrían ser un proceso muy complejo, en el tanto ambos se encuentran en etapas de la vida radicalmente diferentes.
2. Usted dice que él es la persona correcta, lo que usted siempre ha querido, pero me permito cuestionárselo porque a partir de lo que usted me cuenta, elementos como independencia afectiva, independencia económica, estabilidad laboral, establecimiento de un proyecto profesional de desarrollo y capacidad de tomar decisiones son esenciales y pareciera ser que este muchacho no las tiene resueltas aún. Entonces le pregunto: ¿cuál es su concepto cuando afirma “él es todo lo que he querido”?.
3. No basta para el amor que haya afinidad emocional, atracción física, compatibilidad sexual o muy buenos momentos. Cuando se piensa en un proyecto de vida en pareja también hay que ser realistas y considerar con mucho cuidado la viabilidad financiera, emociones y mucho más. Acá es donde la invito a hacer una reflexión porque si este muchacho está actuando en función de lo que le dice la mamá, ¿realmente está segura que él es todo lo que ha querido?.
4. El amor implica madurez y esto significa capacidad de poder asumir un proyecto de vida en función, no sólo de lo que queremos a nivel afectivo, sino también en aspectos como integración social, familiar, desarrollo laboral e independencia económica, capacidad de tomar decisiones por sí mismo, en fin, operan una serie de procesos que no pueden omitirse.