“Tomé la decisión de terminar con mi matrimonio”

“Después de años de intentar que mi esposo cambiara, tomé la decisión de terminar con mi matrimonio. Él es una persona fría, distante, colérica, celosa y hace años que ya no hacemos nada juntos, no es sensible en ningún aspecto y me cansé. Él no quiere buscar ayuda y me llamó la atención que lo hablé con mis hijos y me dijeron que les daba igual, porque el papá es muy distante con ellos. Nunca hacemos nada como familia, no hay paseos, siempre somos mis hijos y yo. Creí que no me iba a sentir bien con la decisión, pero la verdad me siento en paz”.

1. Cuando se toma una decisión a estos niveles y una relación se acaba definitivamente, después de un proceso en el que se han hablado o expresado lo que sienten, y no se encuentra el apoyo por parte de su pareja, pues entonces usted tiene una responsabilidad con su autocuidado y sus emociones.

2. Estar en pareja no supone vivir preso de los celos, el control, la tristeza, la presión, el miedo, la apatía y la indiferencia de otro ser humano que simplemente no quiere poner de su parte. Esto la reta a replantear su historia.

3. A veces tomar una decisión como ésta no es sencillo, la clave es tomarla sin resentimientos o emociones fuertes. Si la otra persona simplemente no quiere poner de su parte, no quiere resolver situaciones o problemas que podrían ayudarles a estar mejor, se va a crear un ciclo de disfuncionalidad severo, donde estarán sujetos a lo mismo, así que si se agotaron las vías de solución y usted se siente en paz, la decisión es muy personal.

4. ¿Tiene claridad de este proceso y lo que implica? Lo que procede es buscar ayuda legal y sicológica para poder desarrollar un proceso de separación y divorcio sano y justo en todos los niveles, procurando que el conflicto no sea la norma. Quizá sea momento de darse la oportunidad de replantear su vida desde la serenidad basada en la realidad.