Un documental que destapa la exitosa carrera musical en Latinoamérica del cantante ecuatoriano Julio Jaramillo , el Ruiseñor de América, se estrenó el pasado fin de semana en los cines de Ecuador.
La película Si yo muero primero, dirigida por el periodista ecuatoriano Rodolfo Muñoz, cuenta el éxito de “JJ” en México, Colombia, Venezuela y Uruguay, países en los que grabó, entre las décadas del 50 y el 70, cerca de 4.000 canciones.
A pesar de que Tiquicia no figura en esa lista de lugares, el intérprete de Cinco centavitos, Rondando tu esquina, Nuestro juramento, entre otros temas, tuvo mucho que ver con nuestro país y los ticos de esa época fueron testigos de la melódica voz del ecuatoriano.
Alexis Gamboa, del grupo Pura Vida, fue uno de esos que gozó y aprendió mucho de Jaramillo.
Alex empezó a escuchar al artista desde que era carajillo y, hasta la fecha, todavía siente gran admiración por el famoso intérprete.
"Recuerdo que aquí hubo mucha influencia musical por parte de él. De hecho, la primera canción que interpreté en público, fue en la escuela para un Día de la Madre, canté Madrecita querida, una canción de Jaramillo", dijo Gamboa, quien solo lo conoció en discos y en películas.
Con el paso de los años, la admiración y el respeto por el ecuatoriano creció. Don Alex la da mucho reconocimiento a Jaramillo ya que esto lo logró a punta de buenas canciones y excelentes interpretaciones, no lo hizo por ser alguien con una imagen que llamara la atención.
"Tenía un timbre de voz muy dulce y afinado, podía pasar de cantar románticas a piezas de despecho y siempre se escuchaba bien. Creo que él tiene doble mérito porque tenía éxito siendo feo, como una vez alguien dijo", señaló Gamboa.
Otro que sabe del pegue que tenía Jaramillo cuando ponía un pie en el país, es el experimentado locutor de radio Centro Jose Bustos.
Él recordó que, incluso, hace mucho tiempo en la emisora tenían un programa llamado Jaramillo y sus invitados, en el que hacían un recorrido por toda la buena música del sudamericano.
"A él se le quiso mucho en Costa Rica y tuvo muchos amigos como Rafa Pérez y Gilberto Hernández. Yo lo conocí y era una persona muy sencilla, con una voz excelente y muy característica, por eso en cualquier salón estaban sus canciones en una rocola", agregó.
El cantante nacional Germain también vivió y recuerda con gran nostalgia aquellos tiempos. Confesó que siempre ha estado tentado a grabar una de las piezas de Julio, pero sabe que el nivel de interpretación es muy alto.
"Él era muy bohemio y le gustaba cantar el bolero tradicional. Creo que el estilo que tenía es muy difícil pues es único, el que sí lo interpretó por un tiempo fue Charlie Zaa y con eso pegó hace unos años", comentó.
Esa idea de refrescar algún tema del sudamericano es casi un hecho que concretará pues espera que su próximo proyecto incluya al menos dos piezas del "Ruiseñor de América".
Un grande de verdad
Con facilidad para cantar diversos géneros como boleros, valses, rock ligero, polcas y tangos, Jaramillo fue bautizado en Uruguay como Mister Juramento, por la canción que le hizo famoso (Nuestro Juramento) y cuya letra da nombre al documental de Muñoz.
A través de testimonios de músicos, historiadores, coleccionistas y maestros del Ruiseñor de América, Muñoz rescata el valor artístico de Jaramillo , a quien “encasillaron como un cantante de poca valía, dado que se le escuchaba en la rocola y creían que era un músico cuyo repertorio servía solo para acompañar la bebida, pero era mucho más que eso, considerando la variedad de géneros que cantaba".
“Muchos latinoamericanos no son reconocidos a su debido tiempo en sus propios países y con Julio parece que sucedió algo igual, por eso creímos que era una obligación nuestra como ecuatorianos recuperar una imagen maltratada”, dijo Muñoz.
Jaramillo murió el 9 de febrero de 1978. Cada año, para recordar su memoria, los fanáticos de “JJ” se dan cita en su tumba, en el cementerio general de su natal Guayaquil, para cantar sus éxitos .
“Han pasado casi 40 años de su muerte y la gente sigue recordándolo y amándolo”, expresó Muñoz, quien en su documental incluye la historia de un fanático venezolano que cada año manda a rezar una misa en honor al músico, en la que se cantan sus canciones más populares.
El director del documental considera que el protagonista de su producción es el cantante ecuatoriano que más ha trascendido y la prueba es que habiendo pasado tantos años de su muerte no se ha borrado la memoria de él en Colombia, Venezuela y México, donde en 1980 se hizo una película sobre su vida.
El documental, que será exhibido en octubre en Washington y Bogotá, también muestra la conmoción que causó la muerte de Jaramillo en su país, donde fue velado por tres días y acompañado por unas 200.000 personas al cementerio.
Este primero de octubre, fecha del nacimiento de Jaramillo , se celebra en el país el Día del Pasillo ecuatoriano. Además, en homenaje al cantante, existe una escuela para niños y adolescentes donde se enseña ese género musical.