“Mi novio y yo vivimos juntos hace tres años. Él tomó la decisión de remodelar la casa de su mamá y de comprarle un carro a la hermana, luego hizo un pequeño apartamento encima de la casa de la mamá y nosotros nos pasamos ahí. Yo no tengo problema que ayude a la mamá, pero le he planteado nuestros proyectos y él dice que primero está la familia y luego nosotros. Vivir con mi suegra y mi cuñada es muy complicado, la señora tiene buena salud, pero no hace nada al igual que la cuñada, por lo que a mí me toca dejar la comida hecha. Él dice que ellas son su responsabilidad y me he convertido en la empleada. Mi novio dice que la mujer que lo quiera tiene que aprender a poner a la mamá y a la hermana primero”.
1. Las estructuras de solidaridad, dentro de un marco familiar, son parte de los procesos de integración, sobre los cuales las parejas tendrán que negociar, porque habrá múltiples circunstancias en los que les tocará construir, aportar, y apoyar. Pero, esto es muy diferente como usted lo describe, porque primero está el bienestar de su suegra y su cuñada, y luego su proyecto de pareja. Una cosa es contribuir y otra es asumir, por lo que si no tiene un adecuado balance se convierte en un problema.
2. Usted dice que para él esto está bien, y no considera su opinión, respecto a hacer un balance. No pueden perder de vista que integrarse en una estructura familiar no necesariamente significa asumir responsabilidades, que pueden ser distribuidas de acuerdo a las capacidades de cada miembro de la familia con justicia y equidad.
3. Aprender a priorizar el proyecto de vida en pareja, en una íntima relación con la integración familiar, dentro de un marco de respeto y una sana distribución del tiempo, puede ser una variable que los haga girar en torno a un conflicto en el que pareciera que él tiene una posición rígida. Llega un momento, para evaluar el impacto positivo o negativo de las decisiones tomadas, si no hay anuencia al cambio, puede que se esté nadando contra marea y el avance es más desgastante.