A muchos podrá tomarlos por sorpresa, pero el Internet, así como nosotros los seres humanos, ha evolucionado poco a poco con el tiempo.
Claramente, ya no es la misma web de hace 20 años, en la que había que desconectar el teléfono para poder navegar en línea, pero ha tenido una serie de cambios a lo interno, que la convierte en una versión totalmente nueva.
De hecho, algo que pocos saben es que, actualmente, estamos viviendo en la era de la Web 2.0, pero, ¿eso qué significa?
En pocas palabras, cuando se popularizó el internet en la era de los años 90, ustedes y yo, los usuarios de a pie, éramos simples espectadores, en el sentido de que uno recibía información y listo, no existían muchas posibilidades de interactuar con otros usuarios.
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Con el paso de los años, las posibilidades se fueron abriendo poco a poco, al punto que se vivió una especie de “revolución”, en la que nacieron los blogs y las redes sociales, permitiendo la creación de una comunidad en línea.
Ahí nació la Web 2.0, pero, según expertos de revistas prestigiosas como Forbes y Avast, es momento de dar paso a la Web 3.0 y, desde ya, estamos viendo los primeros rastros.
Pero, antes de continuar, ¿de qué trataría esta nueva versión del Internet?
En pocas palabras, la Web 3.0 sería una versión más inteligente y descentralizada.
Hoy en día, las grandes compañías, como Facebook y Google, controlan la gran mayoría de nuestros datos.
La idea es aprovechar tecnologías como la inteligencia artificial y el blockchain (nodos en los que se almacena información de manera segura e inmodificable), para que todo ese poder esté mejor distribuido, y seamos nosotros, los usuarios, los que tengamos un mayor control sobre nuestra información.
En un artículo de la revista Forbes, el experto en tecnología, Mark Zalan, explica muy bien lo que podríamos esperar en el futuro de la Web 3.0.
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“Con el blockchain, se establece un sistema de registro distribuido, en el que los datos se registran y comparten, abiertamente, a través de una red de validadores”, explicó el experto.
“Esta descentralización elimina la necesidad de una autoridad central, lo que fomenta una mayor transparencia, seguridad y autonomía del usuario”.
Conectados
Tal vez, para explicarlo de una manera un poco más sencilla, la idea de esta nueva versión es que el internet funcione como una especie de cerebro, en el que la información no esté en manos de uno, sino de todos.
Ahora, ¿qué beneficios trae para los usuarios?
En específico, son tres beneficios:
Primero, el internet sería más seguro y privado, ya que sería cada persona quien maneje sus datos y decida quién y cómo los usa.
Segundo, sería un Internet más inteligente. Y es que, utilizando inteligencia artificial, la web va a poder entender mejor lo que estamos buscando y ser más precisa a la hora de mostrar los resultados.
Tercero, la interacción podría sentirse cada vez más real.
Este punto es un poco más fantasioso, pero se ha propuesto que utilizando la realidad virtual, el internet podría sentirse más como estar en un mundo digital.
Pero, básicamente, la Web 3.0 es un internet más libre, donde los usuarios tienen más poder y no dependen tanto de los gigantes tecnológicos.
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Ahora, ¿vamos a sentir el cambio como cuando se pasó de la televisión análoga a la digital? No, en realidad el cambio no va a ser de un golpe.
Como explica la escuela digital IEBS, pasar de la Web 1.0 a la 2.0 nos tomó más de 10 años, por lo que se espera que el cambio a la 3.0 lleve un tiempo parecido, si no es que un poco más y los cambios se van a ir implementando poco a poco.