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72.000 bomberos voluntarios combaten las llamas en Australia

Ellos son parte de los valientes que combaten los incendios que iniciaron en setiembre

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El fuego en Australia se movía en distintas direcciones la semana pasada, entonces Doug Schutz y su equipo tenían que tomar decisiones rápidas. Desplazaron una aplanadora desde otro sector y la usaron para despejar un terreno. Eso probablemente evitó que cientos de viviendas se quemaran.

Si alguien estaba calificado para tomar esa decisión era Schutz. Él empezó a trabajar como bombero voluntario en el estado de Nueva Gales del Sur, hace 23 años, cuando tenía 13, en una época en la que los Land Rovers eran usados como camiones de bomberos. Hoy capitán de la brigada de Tomerong, Schutz ha sido víctima de los incendios forestales que tienen en vilo a Australia y que destruyeron su negocio el día de Navidad del 2001.

Este rescatista es parte de un ejército de 72.000 personas de todo el estado que constituyen el ejército de bomberos voluntarios más grande de que se tenga noticias. Combaten las llamas desde septiembre y tres de ellos figuran entre las 26 personas muertas hasta ahora como consecuencia de los incendios.

“He vivido aquí toda mi vida y he visto numerosos incendios. Este no quiere comportarse como se supone que deben hacerlo.

“Se maneja por su cuenta. En cierto sentido, es como si pensase. Cuando crees que lo tienes controlado, se escabulle y te muerde el trasero”, expresó Schutz.

Los incendios destruyeron 2.000 viviendas y los bosques siguen ardiendo. Amenazan con tomar más fuerza pues se pronostica un aumento de las temperaturas.

Para los residentes de ese estado, personas como Schutz son héroes. En todas las casas de esta zona rural hay carteles de agradecimiento a los bomberos voluntarios, una actitud que contrasta con las críticas despiadadas a la forma en que se está manejando el gobierno del primer ministro Scott Morrison para hacer frente al desastre.

Igual que los otros voluntarios, Schutz nunca cobró un centavo por su trabajo. En esta ocasión ha trabajado sin tomarse un día de descanso desde el 29 de noviembre, descuidando su negocio. Sonríe ante la ironía: Produce y vende grandes cantidades de leña para chimeneas en su propiedad de 48 hectáreas.

A las personas de otros países acostumbradas a servicios profesionales de bomberos les cuesta comprender este modelo que reina en Australia, que depende en gran medida de bomberos voluntarios, pero Schutz dice que es el sistema preferido por los australianos.

Gary Creer, bombero voluntario con 20 años de experiencia, dijo que tiene la suerte de ser empleado del estado, que no descuenta el sueldo a quienes ayudan a combatir las llamas.

“Pero hay mucha gente que trabaja por su cuenta, que tiene negocios, y que está perdiendo miles y miles de dólares”, señaló.

Schutz asegura que el incendio del 2001 fue el más intenso que ha experimentado. Llovían bolas de fuego del tamaño de una pelota de baloncesto sobre los bomberos que trataban de salvar viviendas. El rescatista dijo que él y su compañera, Colleen Brittain, quien es también bombera voluntaria, estaban demasiado atareados tratando de salvar las casas de otros como para pensar que la suya podría correr peligro.

“Hasta que uno de los bomberos me dijo, ‘mejor que vayas a tu casa’. Estaba ardiendo. También los leños de mi negocio”, recordó.

Esa vez pudo salvar su casa, pero le tomó años recuperarse de los daños causados por el fuego a su negocio.

Dice que el tamaño de los incendios actuales es difícil de comprender y se pregunta qué se puede hacer para contenerlos.

“En otros países tal vez piensen que somos un puñado de idiotas. Pero así son las cosas aquí. Y en los montes de Australia, si bien son un sitio hermoso, se corre mucho peligro por los incendios, que pueden surgir en cualquier momento”, explicó.

Agencia AP

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