Mientras en el mundo se suspenden partidos de fútbol, conciertos y cualquier concentración de gente para frenar el avance del coronavirus, el Gobierno de Nicaragua convocó a una marcha este sábado bajo el lema: “Caminamos con la fuerza de la fe y esperanza. Amor en tiempos del COVID-19”.
“Vamos a caminar con la fuerza de la fe y la esperanza en todo el país, en oración permanente y solidaridad con todos los pueblos, familias y hermanos en el mundo afectados por el coronavirus”, aseguró Rosario Murillo vicepresidenta y primera dama de ese país.
Miles de simpatizantes y empleados públicos marcharon por varios kilómetros en la avenida Bolívar, una calle céntrica de Managua, capital nicaragüense.
La gente llevaba pancartas en las que se leían mensajes como “victoria sobre el coronavirus”, mientras coreaban al presidente Daniel Ortega y a su esposa.
Otros hacían bailes espontáneos o se animaban a gritar: "el coronavirus no ha alcanzado a Nicaragua gracias a nuestro comandante Daniel”.
Cabe destacar que Ortega ni Murillo participaron en la marcha, pese a que ellos la convocaron.
Según los medios locales, la multitud olvidó el riesgo de la enfermedad entre gritos, abrazos, sudor y bebidas que compraban a vendedores ambulantes, quienes contaban dinero y repartían hielo con sus manos.
El vecino país del norte no reporta de momento ningún caso de COVID-19.
Según el diario El País de España, esta semana se filtró un documento del Ministerio de Salud (Minsa), en el que los expertos advierten que en seis meses podrían registrarse 32.500 infectados y 813 fallecidos en Nicaragua.
Obviamente, desde que fue convocada provocó muchas reacciones negativas por el peligro de reunir a tanta gente en medio de una pandemia.
“Es una irresponsabilidad llamar a marchar. Es importante no asistir a grandes reuniones donde la transmisión puede ser más activa. El principal temor es que, aunque esta enfermedad tiene una alta trasmisión y baja mortalidad, su gran capacidad de contagio supere la capacidad instalada de las unidades de salud”, dijo el epidemiólgo Milton Valdez, exviceministro de Salud de ese país en declaraciones al diario El País.