La ciudad australiana de Sídney recibió el primero de enero del 2018 con espectaculares fuegos artificiales, dando comienzo a la festividades que tienen lugar en todo el mundo con motivo del cambio de año.
La primera gran fiesta de Año Nuevo reunió a más de 1,5 millones de espectadores en la costa australiana mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo nocturno.
El actor Hugh Jackman (actúa de Wolverine en las películas de los X-Men) le puso sabor a la ocasión con un juego pirotécnico de 20 segundos, con el que cumplió su sueño de diseñar unos fuegos artificiales para su ciudad natal.
Las campanadas de medianoche se irán escuchando luego en todo el mundo desde Asia, pasando por Oriente Medio, África, Europa y finalmente América. En todas partes habrá espectáculos de luces para despedirse de 2017.
En Hong Kong se lanzaran “estrellas fugaces” desde las azoteas de los edificios en un espectáculo pirotécnico y musical de diez minutos de duración.
En Yakarta, unas 500 personas se darán el “sí, quiero” en una boda colectiva organizada por el Gobierno indonesio.
En Tokio los habitantes suelen pasar la Nochevieja con sus familias, aunque muchos jóvenes se dirigen hacia el centro de la ciudad para la cuenta regresiva del Año Nuevo.
La ciudad de Dubái sustituirá sus fuegos artificiales de medianoche por un espectáculo luminoso en la torre más alta del mundo, acompañado por música.
En Moscú los mayores bulevares y plazas se adornarán para acoger el Año Nuevo, con fuegos artificiales en 36 lugares claves.
Berlín instalará por primera vez junto a la Puerta de Brandenburgo una carpa dedicada a las víctimas de agresiones sexuales o que se sientan amenazadas. Hace dos años, numerosas mujeres fueron víctimas de agresiones sexuales en Colonia (oeste) atribuidas a grupos de inmigrantes.
Y en Rio de Janeiro miles de personas se reunirán en la playa de Copacabana para ver los fuegos artificiales. Muchas de ellas vestirán ropa blanca, una tradición para entrar en el Año Nuevo.
Estas celebraciones se vivirán con grandes medidas de seguridad que en años anteriores por el temor a que las multitudes concentradas en lugares públicos se conviertan en objetivos de atentados terroristas.