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Costa Rica pide a Honduras justicia por tico torturado y desaparecido en 1981

Mujer alega que su marido fue víctima de una desaparición forzada

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Costa Rica pidió este martes justicia en el caso de uno de sus ciudadanos víctima de desaparición forzada en Honduras en 1981, presuntamente por su militancia política, según explicó el embajador en Tegucigalpa.

Costa Rica está acompañando a la señora Gabriela Jiménez en la denuncia que presentó hoy (martes) por la desaparición de su marido, el también ciudadano costarricense Eduardo Anibal Blanco Araya”, dijo a la AFP el embajador Mauricio Herrera.

El embajador pidió una “investigación exhaustiva, seria, sistemática, metódica, que nos pueda dar luz acerca de qué le pasó a Eduardo (..) para que se haga justicia”.

La esposa de la víctima acusó a las autoridades hondureñas de aquella época de secuestrar a su esposo y desaparecerlo.

Al borde el llanto, Jiménez relató en una rueda de prensa que su esposo, un estudiante de sociología de la Universidad de Costa Rica y participante en actividades de solidaridad con otros pueblos de Centroamérica, “fue desaparecido por fuerzas de seguridad del Estado hondureño el 14 de noviembre de 1981″, cuando ella tenía 20 años y él, 23.

“Anibal salió de nuestra casa en la colonia 15 de septiembre (sur de Tegucigalpa) y no regresó nunca más. Horas después de haberse ido tres o cuatro hombres armados llegaron a nuestra casa y se identificaron como agentes de una agencia de seguridad del Estado hondureño”, añadió.

“Dijeron que buscaban armas, registraron la casa y no encontraron nada”, subrayó.

Herrera dijo que el cónsul de entonces, Antonio Carrillo, pidió a la familia que le llevaran ropa y su pasaporte porque estaba detenido en la sede central de la policía en Tegucigalpa.

Después les devolvió las pertenencias y supo por otras fuentes que Blanco estuvo sometido a torturas en una cárcel clandestina.

Según un informe del estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), 184 personas fueron desaparecidas en la década de los 80 en Honduras por pertenecer a grupos de izquierda.

Los responsables fueron escuadrones de la muerte organizados por la Central de Inteligencia Americana (CIA) para combatir los movimientos revolucionarios en Centroamérica en el marco de la guerra fría.

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