El cometa 3I/ATLAS, detectado por primera vez en julio de 2025, ha causado asombro entre astrónomos y reabierto un viejo debate sobre la vida extraterrestre. Su origen fuera del sistema solar y su movimiento irregular han llevado a algunos expertos a considerar hipótesis poco convencionales sobre su naturaleza.
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Aunque la NASA ha asegurado que el objeto no representa ningún peligro para la Tierra —ya que pasará a unos 270 millones de kilómetros— su comportamiento inusual ha encendido el interés mundial. El hecho de que no pueda observarse directamente mientras transita detrás del Sol ha alimentado aún más las especulaciones.
Teorías científicas y sospechas sobre su origen
El físico teórico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, ha planteado que el cometa podría ser una sonda interestelar enviada por una civilización desconocida. Según Loeb, la posibilidad no debe descartarse:
“Nos preocupamos por amenazas existenciales como la inteligencia artificial o el cambio climático, pero no hablamos de tecnología alienígena. Deberíamos”, señaló.
Estas declaraciones recuerdan los temores expresados por el físico Stephen Hawking, quien en varias ocasiones advirtió sobre los riesgos de intentar contactar con otras formas de vida en el universo.
El temor de Hawking y la “hipótesis de la selva oscura”
Durante la serie documental Into the Universe (2010), Hawking advirtió que un encuentro con civilizaciones más avanzadas podría resultar desastroso:
“Si los extraterrestres algún día nos visitan, el resultado podría ser similar al de la llegada de Colón a América, que no terminó bien para los nativos”, afirmó.
Su advertencia se relaciona con la llamada “hipótesis de la selva oscura”, según la cual múltiples civilizaciones podrían existir en silencio para evitar ser descubiertas por especies más poderosas. Bajo esta idea, enviar señales o información al espacio sería un acto temerario que podría revelar nuestra posición en el cosmos.
La posición de la NASA y la ESA
Por ahora, tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea (ESA) han insistido en que el fenómeno debe abordarse desde un punto de vista científico. En su sitio oficial, la NASA indicó que el 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano al Sol el 30 de octubre de 2025, dentro de la órbita de Marte.
Los astrónomos esperan que el cometa pueda observarse nuevamente a finales de año, cuando reaparezca del otro lado del Sol, lo que permitirá continuar los estudios sobre su composición y comportamiento.
*Esta nota fue hecha con ayuda de Inteligencia Artificial.


