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El papa lucha por liberar a la Virgen de las mafias

El fenómeno de la espiritualidad distorsionada, tan común en el sur de Italia y en América Latina, con reverencias y homenajes de mafiosos y criminales, es un problema que preocupa a la jerarquía de la Iglesia.

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Pablo Escobar era muy devoto a María Auxiliadora y al Divino Niño de Atocha. Foto El Univesal

El Papa Francisco abogó por la “liberación de la Virgen María” de la influencia de las organizaciones mafiosas, en una carta enviada a la academia pontificia especializada en los estudios marianos.

En el documento, divulgado este jueves por el Vaticano, el pontífice reconoce que “la devoción mariana es un patrimonio religioso-cultural que debe ser salvaguardado en su pureza original, liberándolo de superestructuras, poderes o condicionamientos que no cumplen con los criterios evangélicos de justicia, libertad, honestidad y solidaridad”.

El fenómeno de la espiritualidad distorsionada, tan común en el sur de Italia y en América Latina, con reverencias y homenajes de mafiosos y criminales, es un problema que preocupa a la jerarquía de la Iglesia.

Por ello va a dedicar una jornada de estudio, el 18 de septiembre, al tema con autoridades religiosas e instituciones públicas.

El objetivo de la iniciativa es identificar "respuestas eficaces" para una necesaria "operación cultural de sensibilización de las conciencias", precisaron los organizadores.

Para el religioso Stefano Cecchin, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional, la figura de María es utilizada por las organizaciones criminales para "subyugar a la gente, para hacerlos esclavos".

En varias ocasiones el papa Francisco ha condenado con duras palabras a los mafiosos y a los sicarios que en nombre de la Virgen cometen delitos.

"No se puede creer en Dios y ser mafioso. El que es mafioso no vive como cristiano, porque blasfema con su vida el nombre de Dios-amor", declaró en septiembre del 2018 durante una homilía pronunciada en Sicilia, cuna de Cosa Nostra, la mafia siciliana.

Cuatro años antes, en 2014, lanzó un duro alegato contra la mafia calabresa, la Ndrangheta, durante el cual anunció que "los mafiosos no están en comunión con Dios, están excomulgados", dijo ante unas 100.000 personas.

En la ciudad católica Nápoles, bastión de otra temida organización criminal, la Camorra, condenó en 2015 a las organizaciones que “explotan y corrompen a los jóvenes, los pobres y los desfavorecidos”.

El papa quiere acabar también con la práctica habitual de las organizaciones mafiosas de aprovechar las fiestas patronales y procesiones religiosas para mostrar su poder e invitó a los sacerdotes locales a comprometerse a no aceptar actitudes equivocadas.

La Virgen de los sicarios

El libro y la película La virgen de los sicarios, toca el tema de la fe en los criminales. Foto tomada de Radial314.com

Y es que por más increíble que parezca, los narcos y sicarios son, por lo general, personas muy devotas, al punto que tienen como “patrona” a la Virgen María Auxiliadora.

Antes de cometer un crimen, los asesinos le piden a María Auxiliadora para que la vuelta les salga bien, costumbre que tomó fuerza en Medellín, Colombia, en la época de Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más poderosos de la historia.

En 1968, el sacerdote Ramón Arcila, a quien se le atribuyen varios milagros, construyó en Sabaneta, un pueblo a 14 kilómetros de Medellín, una iglesia en honor a María Auxiliadora.

Al cura Arcila le atribuían una comunicación directa con Dios y el milagro de sanar. Se dice que sanó a un enfermo de cáncer, que devolvió el habla a un tartamudo, que hizo caminar a un paralítico, que sacó a muchos de la quiebra. Por eso a la parroquia de Sabaneta empezaron a llegar una multitud de fieles.

La devoción llegó hasta los narcotraficantes que en la década de los 80 tiñeron de sangre a Medellín y Colombia.

El escritor Alonso Salazar toca el tema en su libro La parábola de Pablo.

A mediados de los 80 se desató una ola de violencia en Colombia, Pablo Escobar ordenaba instalar bombas, asesinar políticos, periodistas y socios, pagaba 646 dólares por policía muerto y cada acto era encomendado a la virgen de María Auxiliadora.

Se dice que en 1984, días antes del asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, el sicario Byron Velásquez recibió de rodillas la bendición del padre Arcila, quien no sabía nada del plan.

El 30 de abril de 1984 Lara Bonilla fue asesinado a tiros y los sicarios aseguran que la Virgen les dio suerte.

A la parroquia seguieron llegando otros sicarios de confianza de Escobar como Pinina y John Jairo Velásquez, alias Popeye. 

La fama de María Auxiliadora creció entre los criminales y fue rebautizada como La virgen de los sicarios. Antes de cometer un crimen le prendían velas, le escribían cartas, se confesaban y hasta daban diezmos. La fe creció entre los narcos al punto de que “en Valle de Aburrá 67 parroquias dedicaban su culto a María Auxiliadora y solo 32 a Jesucristo”, describe Salazar en su libro.

Redacción

Redacción LT

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