El Salvador funcionará al mínimo durante quince días por la entrada en vigencia de nuevas restricciones fijadas por el gobierno de Nayib Bukele.
Este 8 de mayo se inició un período de “cuarentena especial”, como lo nombró Bukele.
Durante este tiempo queda prohibida la circulación de buses y microbuses del transporte público de pasajeros, los restaurantes solo funcionarán con servicio a domicilio, la industria cosmética queda suspendida, se cierran las cadenas de producción de bebidas alcohólicas, carbonatadas, de alimentos no perecederos.
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Solo funcionarán las panaderías artesanales y quedan excluidas las que pertenecen a franquicias y cadenas, los establecimientos que dan servicios de telecomunicaciones solo estarán abiertos para hacer recargas de saldo a celulares, y la movilidad de personas entre municipios.
Las salidas para abastecerse de alimentos, medicinas o para hacer diligencias en bancos se permitirán de acuerdo a fechas establecidos según el último dígito del documento de identidad. Cada persona tendrá permitidas dos salidas por semana.
Las personas que no tengan el documento de identidad deberán solicitar una certificación del documento al Registro Nacional de las Personas Naturales. Si no cuenta con esta, no podrán circular.
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Farmacias, supermercados y bancos, que son las instancias que tienen permitido permanecer con atención al público, “tendrán la responsabilidad de exigir y verificar que el documento de identidad, pasaporte o carné de residente de sus clientes correspondan al día en que realizan sus compras o transacciones”, según el Decreto 22 .
A bajar la curva
El presidente de la república, Nayib Bukele, informó el martes que iban a imponer más restricciones, el cierre temporal de más empresas para intentar disminuir la curva de contagios por covid-19.
Aunque la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha emitido varias resoluciones sobre el trato que las autoridades deben dar a la población durante este tiempo de emergencia, el decreto únicamente recoge lo relaciona a que “la población salvadoreña está obligada a cumplir con las disposiciones de las autoridades dirigidas a prevenir o controlar la propagación de la enfermedad causada por COVID-19”.
La Cámara Salvadoreña de Comercio aseguró que la no circulación del transporte de pasajeros “estaría cortando el flujo de sangre arterial que permite la actividad de muchas empresas habilitadas”.
" Solo una de cada cinco familias en el país tiene vehículo. Mañana (hoy) se estaría cortando el flujo de sangre arterial que permite la actividad de muchas empresas habilitadas.
Las consecuencias de esta decisión se harán sentir. Consideramos que debería rectificarse".