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Epidemia por caída de viejitos

El riesgo de morir tras una caída se ha duplicado desde el año 2.000 entre quienes tienen 75 años en adelante en Estados Unidos

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Al subirse a una banca, ir al baño por la noche o salir sin su bastón: cada vez más personas mayores se caen y el riesgo de morir tras una caída se ha duplicado desde el año 2.000 entre quienes tienen 75 años en adelante en Estados Unidos, según un estudio publicado este martes.

Las caídas fatales entre ancianos casi se han triplicado en los últimos años y causan actualmente más de 25.000 muertes al año.

Los hallazgos resaltan la importancia de la prevención de caídas. Otro estudio, por su parte, recalca la evidencia de que los programas que se centran en mejorar la fuerza muscular y el sentido de equilibrio pueden ser claves para alcanzar esa meta.

Pero, sobre todo, los médicos constatan con amargura que la medicina moderna ha mejorado el tratamiento de las enfermedades crónicas, pero ha rehuido de interesarse por la calidad de vida de las personas en la llamada "tercera edad".

Es lo que cree George Taler, geriatra que gestiona el programa de visitas domiciliarias del hospital MedStar en Washington.

Uno de sus métodos favoritos para reducir el riesgo de caídas es simple: "reducir la prescripción de medicinas". Los estudios han demostrado que a partir de cuatro medicamentos por día, la desorientación y la pérdida de equilibrio aumentan significativamente.

“Somos muy buenos para escribir recetas de medicamentos, pero mucho menos cuando se trata de eliminarlos, incluso cuando ya dejan de ser útiles”, afirmó Taler.

El médico pone como ejemplo a una de sus pacientes a la que se le hinchaban los tobillos. En lugar de recetar una pastilla diaria, que podría deshidratarla, le dijo que la tomara solo cuando fuera realmente necesario, cuando los tobillos estuvieran muy hinchados.

Más ejercicio menos caídas

Además, sigue existiendo la opción del ejercicio físico, cuya efectividad demuestra otro estudio.

En este experimento realizado en Florida, relativamente pequeño (con cerca de 300 viejitos), los investigadores probaron el programa de rehabilitación Otago: unos quince ejercicios de rodillas, tobillos, caderas y para mejorar el equilibrio (caminar hacia atrás, sostenerse sobre una sola pierna...), realizados tres veces por semana, junto con 30 minutos de caminata dos veces por semana.

El resultado es que los participantes que siguieron el programa se cayeron menos durante el período de estudio que un grupo de control.

Estudios anteriores no encontraron efectos similares pero, en conjunto, la investigación parece confirmar los beneficios del ejercicio cuando se realiza con disciplina.

Lo que aún intriga a los investigadores es que la actividad física ayuda a las personas mayores, pese a no aumentar aparentemente su masa muscular.

“Realmente no sabemos por qué. Las personas tienen más consciencia de su cuerpo y su espacio, se sienten mejor cuando hacen ejercicio y se caen menos", dijo Taler.

Los ejercicios donde la persona balancea su propio peso, como al caminar, los que ayudan con el equilibrio y los de resistencia, ayudan a fortalecer los músculos y reducen el riesgo de caídas, afirmó el doctor Marco Pahor.

Para pensar

Las cifras de caídas en Estados Unidos confirman una tendencia que también se ha observado en Europa.

Es cierto que la población anciana ha aumentado, pero incluso teniendo esto en cuenta, la tasa de mortalidad para cada grupo de más de 75 años se ha duplicado en hombres y mujeres, según el estudio publicado por la Journal of the American Medical Association (JAMA).

“Casi una de cada tres personas mayores de 65 años se cae cada año”, dice el doctor Marco Pahor, director del Instituto del Envejecimiento de la Universidad de Florida, en su editorial “Caerse es un evento potencialmente catastrófico y fatal para los ancianos”.

Más allá del riesgo de muerte por un traumatismo craneal o una hemorragia, si se produce fractura de cadera, rodilla o tobillo, el evento puede marcar el inicio de un círculo vicioso: hospitalización, pérdida de independencia, rehabilitación en un centro y sus consecuentes y duraderos efectos sobre la moral y la salud mental.

Una de cada cinco personas que se rompe la cadera no vuelve a caminar nunca, según Atul Gawande, médico y autor del libro "Being Mortal".

En los hospitales de Estados Unidos, los gastos relacionados con las caídas se encuentran entre las principales categorías.

"Las caídas representan una epidemia cada vez más importante entre las personas mayores", afirma Pahor.

“Las muertes por caídas probablemente van en aumento porque los ancianos están viviendo más tiempo, viven más tiempo solos y están viviendo más tiempo con afecciones crónicas”, opinó Elizabeth Burns, una de las autoras del estudio y científica en el centro de traumatismos de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) .

Destacó que algunos medicamentos hacen a los ancianos más susceptibles a las caídas, como por ejemplo las medicinas psiquiátricas, que causan un sentimiento de letargo y afectan la visión.

El estudio abarcó datos a lo largo de un período de 16 años, sobre personas de más de 75 años de edad.

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