A los 18 años, Jerónimo Weich, hijo del reconocido presentador argentino Julián Weich, dejó atrás el rugby, los estudios de cine y una vida cómoda en Buenos Aires para lanzarse al mundo como mochilero.
Viajó por casi toda América Latina y su paso por Costa Rica marcó un antes y un después en su vida.
Durante su recorrido, vivió en la calle, hizo malabares para ganarse la comida del día y vendió artesanías. Esa vida sencilla lo conectó con personas de diferentes culturas y lo llevó a reflexionar sobre las desigualdades sociales y el consumo excesivo. Su viaje no fue por desesperación, sino por una búsqueda interior.
“Algo me decía que había algo más”, confesó. Esa búsqueda lo llevó a tener un despertar espiritual y a descubrir la importancia de vivir en comunidad, lejos de la rutina y el materialismo.
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En plena travesía, recibió un llamado de su papá, quien preocupado le propuso visitarlo, cuando justamente estaba en Costa Rica.
Se reencontraron en Panamá y pasaron varios días viviendo juntos en la calle. Esa experiencia los unió y ayudó a Julián a entender la elección de vida de su hijo.
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Hoy, Jerónimo vive en Córdoba, Argentina, en una casa que construyó con su pareja bajo técnicas de bioconstrucción y permacultura. Y actualmente se dedica a crear espacios sustentables, impulsar la vida comunitaria y regenerar el entorno natural. Además, es parte de redes latinoamericanas y globales que promueven una vida en armonía con la tierra.
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Su próximo proyecto es construir domos, una cocina comunitaria y espacios de formación en su predio. “Queremos crear un santuario del agua y un lugar de aprendizaje”, expresó.
Noticia creada con ayuda de inteligencia artificial, supervisada por un periodista y un editor de La Teja.